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Trabajan contrarreloj para asegurar sus casas, preparar refugios, proveerse de suministros y alimentos y llenan bidones de gasolina ante la inminente llegada del “monstruoso” huracán Florence. Cualquier prevención es poca para escapar de él, que se acerca imparable con vientos que superarán los 250 kilómetros por hora. Con los huracanes ‘Harvey’ y ‘María’ en el recuerdo por los devastadores daños ocasionados el pasado año, el presidente de Estados Unidos ha asegurado: “Estamos preparados porque es tremendamente grande. Quizás no hayan visto nada igual”.
Con más de un millón de personas evacuadas, la costa este estadounidense aguarda ya su inminente llegada.








