Nueva York vive una tormenta histórica que paraliza la ciudad

Las autoridades han confirmado la muerte de dos personas, mientras los equipos de emergencia trabajan para restablecer el transporte.
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Nueva YorkUna fortísima tormenta ha puesto en alerta a Nueva York, donde la intensa lluvia ha provocado graves inundaciones y el colapso de buena parte de la ciudad. Las autoridades han confirmado la muerte de dos personas, mientras los equipos de emergencia trabajan para restablecer el transporte y evitar más tragedias.
Las escenas son desoladoras. Una pickup avanza como una lancha motora, abriéndose paso entre aguas marrones llenas de hojas. En Nueva Jersey, el río Hudson se confunde con los aparcamientos completamente anegados, y recuperar los coches se ha convertido en una tarea casi imposible.
Nueva York se ha convertido en un enorme estanque
En las calles neoyorquinas, caminar con paraguas ya no tiene sentido: el agua llega a las rodillas y, en algunas zonas, hasta la cintura. Nueva York se ha convertido en un enorme estanque, con hojas, basura y restos flotando por todos lados. En Brooklyn, un vecino intenta desatascar una alcantarilla mientras su barrio permanece paralizado. Es una imagen que se repite en muchas manzanas de la ciudad.
En muy pocas horas, el agua acumulada colapsó los sistemas de drenaje, incapaces de absorber tal cantidad de lluvia. Dos personas perdieron la vida: un hombre en una sala de calderas totalmente inundada y otro que se ahogó en su sótano intentando rescatar a su perro. Muchas viviendas de la ciudad, especialmente las más antiguas, tienen sótanos y semisótanos no preparados para este tipo de inundaciones repentinas.
El exceso de agua ha buscado salidas por todas parte y ha terminado entrando en el metro, donde el agua caía como si lloviera a cielo abierto. En los andenes, cascadas descendían por las escaleras y los túneles se convirtieron en ríos subterráneos.
No solo el tráfico terrestre ha quedado paralizado. Los tres aeropuertos de la ciudad (JFK, LaGuardia y Newark) han sufrido retrasos y cancelaciones, mientras en algunas zonas se acumulan hasta 60 centímetros de agua estancada.
Las autoridades están evaluando los daños y advierten de que eventos meteorológicos de esta magnitud podrían repetirse con mayor frecuencia. Nueva York ha demostrado claras evidencias de la vulnerabilidad de sus calles.

