Pálido, desencajado y con miedo de ir a la cárcel: la espera más dura de Ábalos

Quienes le han visto aseguran que esta desencajado, y él mismo ha reconocido tener miedo a la cárcel.
Ábalos, ha pedido la palabra para asegurar que no puede fugarse porque no tiene dinero, ni a donde ir.
Con una mochila preparado para pasar la noche en Soto del Real y 50 minutos antes de lo previsto, Ábalos ha llegado al Tribunal Supremo. Consciente de que estos pudieran ser sus últimos pasos como hombre libre, Ábalos, ha pedido la palabra para asegurar que no puede fugarse porque no tiene dinero, ni a donde ir.
Fuentes consultadas afirman que está "destrozado". Durante las horas que ha estado aguardando la decisión del Supremo, el ex dirigente socialista ha estado fumando en los patios del antiguo palacio, visiblemente nervioso. Quienes le han visto aseguran que esta desencajado, y él mismo ha reconocido tener miedo a la cárcel. Para evitarlo ha pasado de la defensa al ataque. Ayer apuntó al presidente del gobierno, afirmando que el encuentro con Otegi para pactar la moción de censura existió.
Paradójicamente esa moción de censura la defendió Ábalos en el Congreso. Hoy, apartado de todos sus cargos, e inmerso en varias tramas de corrupción, se enfrenta a una petición de 24 años de prisión.
Finalmente, el magistrado del Tribunal Supremo (TS) Leopoldo Puente ha acordado enviar al ex ministro José Luis Ábalos y al que fuera su asesor, Koldo García, a prisión provisional sin fianza de cara al juicio que se celebrará en su contra por presuntas irregularidades en los contratos de mascarillas adjudicados por Transportes durante la pandemia. Es la primera vez que un diputado nacional en ejercicio tendrá que entrar en la cárcel.
El instructor ha adoptado esta decisión después de celebrar sendas vistillas para revisar las medidas cautelares que ambos tenían vigentes: prohibición de salida del país con retirada de pasaporte y comparecencias quincenales en sede judicial.
Koldo, con su mochila preparada
Koldo, por su parte, ha llegado al Supremo justo a la hora fijada, con vaqueros, deportivas y una gran mochila a sus espaldas, en compañía de su abogada, Leticia de la Hoz. Su defensa, que ha intentado combatir la competencia del TS para devolver el caso a la Audiencia Nacional, ha esgrimido igualmente que su cliente tiene el suficiente arraigo --una madre mayor y una hija pequeña, ha detallado-- como para no convertirse en un prófugo.
El ex asesor ministerial también ha querido hablar ante Puente para ratificarlo. "No me voy a ir a ningún sitio", ha dicho y ha añadido: "Todos tenemos derecho a aprender poco a poco". Fuentes presentes han interpretado esta coletilla como el reconocimiento tácito de una equivocación.
Por su parte, el fiscal se ha mostrado especialmente contundente, sobre todo en la vistilla sobre Ábalos, donde ha llegado a decir que fue la pertenencia a un Gobierno lo que le permitió cometer esos delitos pero que "ningún poder del Estado tiene derecho a sustraerse de la acción penal". Ningún poder del Estado puede esgrimirlo para eludir la responsabilidad penal y, por eso, la Justicia se representa con una venda en los ojos", ha remachado.

