Como norma general, revisar cada año sí; cambiar automáticamente, no siempre merece la pena
Comparte coche, pero con cabeza: cómo ahorrar en combustible sin asumir riesgos legales
El trámite de renovar el seguro del coche puede parecer parte de nuestra rutina anual, pero para muchos conductores también supone una estrategia más para ahorrarse unos eurillos, jugando a oír ofertas y buscar la mejor opción de las distintas aseguradoras. Por eso, es completamente normal plantearse si es realmente rentable cambiar de compañía cada año, o implica más molestias que beneficios. Las respuestas dependen de cada perfil, aunque los expertos coinciden en que informarse y revisar las condiciones con cada renovación es una de las claves para no pagar de más por coberturas que podrían conseguirse más baratas.
Ahorro potencial: lo que dicen los comparadores de seguros
Según un estudio realizado por el portal alemán Check24, más del 50% de los conductores europeos cambia de aseguradora con frecuencia, y quienes lo hacen pueden ahorrar entre 200 y 400 euros anuales. En España, comparadores como Arpem o Rastreator sirven para confirmar que las aseguradoras lanzan ofertas agresivas en periodos de renovación para captar nuevos clientes. Sacar el máximo partido a estos descuentos puede traducirse en encontrarse con tarifas notablemente más bajas por servicios similares.
Además, cambiar permite adaptar el seguro a la realidad del conductor: kilómetros recorridos, zona de residencia o uso del vehículo. “Muchos pagan por coberturas que ya no necesitan”, señala Estefanía González, portavoz de la OCU, quien recomienda revisar este tipo de pólizas cada 12 meses.
Las desventajas de cambiar cada año de seguro
Pero no todo son ventajas. Uno de los principales inconvenientes de cambiar de aseguradora con frecuencia es la pérdida del historial de siniestralidad. Además, son muchas las compañías que premian la antigüedad sin partes con bonificaciones que no suelen ser transferibles a otras compañías. Perder este beneficio puede suponer pagar más por el nuevo seguro, especialmente si se opta por elegir la cobertura a todo riesgo.
Otro aspecto a tener en cuenta es la posible pérdida de garantías complementarias. Algunas pólizas incluyen servicios como coche de sustitución, asistencia ampliada o cobertura de lunas sin franquicia, que pueden no estar disponibles en ofertas más económicas. Además, cambiar implica realizar una serie de trámites de cancelación, y si no se hacen con al menos un mes de antelación al vencimiento del seguro, la aseguradora puede renovar automáticamente la póliza.
Según ASUFIN, una de cada tres reclamaciones relacionadas con los seguros de coche tiene que ver con errores o malentendidos al cambiar de compañía, por lo que recomiendan actuar con cautela y revisar bien los contratos.
Cuándo compensa y qué recomiendan los expertos
El cambio suele ser más rentable en ciertas situaciones que conviene tener en mente:
- Vehículos con más de 5 años: en estos casos, lo mejor es dejar el seguro a todo riesgo y contratar uno a terceros ampliado, lo que suele reducir el precio hasta en un 40 %.
- Conductores con bajo uso del vehículo: Hacer menos de 7.000 km al año justifican seguros por uso o primas reducidas.
- Subidas de precio: si tu aseguradora sube la prima sin mejorar tus condiciones, es señal inequívoca de que ha llegado el momento de buscar otra casa para tu seguro de automóvil.
Desde la OCU y plataformas como Rankia o Roams recomiendan usar comparadores, leer detenidamente las condiciones y no dejarse llevar solo por el precio. También aconsejan conservar la póliza actual hasta que la nueva esté confirmada, para evitar posibles periodos sin cobertura.
En definitiva, la decisión de cambiar de seguro cada año puede suponer un ahorro importante si se hace con información y comparando las coberturas reales de las distintas opciones. Pero también entraña riesgos si no se consideran bonificaciones, servicios incluidos y la letra pequeña. Como norma general, revisar cada año sí. Cambiar automáticamente, no siempre.


