Muchos seguros del hogar incluyen en sus pólizas coberturas que apenas se utilizan y encarecen innecesariamente la prima anual
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Probablemente, salvo que haya alguna catástrofe en casa, nadie se lea la póliza de su seguro de hogar. Contratar un seguro de hogar es una de las decisiones más comunes para estar protegidos ante cualquier imprevisto que pueda surgir relacionado con la casa. Pero, muchas personas no se preocupan en revisar con detalle cuáles son las coberturas que incluye, lo que se puede traducir en un gasto innecesario que se repite año tras año.
Este es uno de los errores más habituales que se cometen. La mayoría de personas contrata estos seguros junto a la hipoteca de su casa, o simplemente porque “hay que tenerlo” sin prestar atención en qué cubre y fijándose sólo en el precio o en algún comparador de seguros. Por lo que es bastante sencillo tener un seguro muy caro que cubra cosas que no son necesarias o uno tan económico que no sirva.
Coberturas innecesarias en el seguro de hogar
Joyas y objetos de valor mal valorados
Esta es una de las coberturas más habituales que suele inflar mucho el precio del seguro. Está pensada para proteger pertenencias de alto valor como pueden ser relojes, joyas, antigüedades, arte u otros objetos de colección ante robos, incendios o cualquier otro siniestro que pueda suceder. El problema es que muchas veces se incluye por defecto o se calcula sin un inventario detallado de los objetos en cuestión. Esto conlleva dos riesgos: pagar más por algo que no se posee realmente o no poder reclamar la cuantía real en caso de pérdida si no están declarados correctamente.
Según la OCU, para que esta cobertura sea realmente efectiva es imprescindible justificar con facturas, fotografías o tasaciones el valor de los bienes. De lo contrario, la aseguradora podría no indemnizar el daño aunque se haya pagado la cobertura. Además, declarar un valor excesivo puede aumentar de manera injustificada la prima anual. Esta cobertura solo se debe contratar en caso de tener objetos de valor bien tasados y documentados. En caso contrario, es mucho mejor eliminarla o reducirla al mínimo.
Asistencia en el hogar sobredimensionada
Esta cobertura incluye la prestación de servicios urgentes como pueden ser electricistas, cerrajeros o fontaneros cuando se produce una avería en la vivienda. Puede sonar muy útil, pero su uso real es mínimo. Según la Fundación Mapfre, más del 50% de los asegurados nunca ha utilizado esta asistencia. Además, muchas pólizas que incluyen esta cobertura la limitan por siniestro, marcan franjas horarias restrictivas o estipulan condiciones que la hacen mucho menos práctica.
En ciertos casos, el coste de esta garantía supera con creces el precio que costaría si se tuviera que contratar a alguno de estos profesionales por cuenta propia. También es común que las comunidades de propietarios ya incluyan servicios parecidos en sus contratos de mantenimiento, por lo que esta cobertura sería redundante.
Lo importante es verificar que realmente se necesita esta cobertura y si es así, se deben comprobar cuáles con las condiciones específicas. Si no se utiliza o ya se tienen cubiertas estas incidencias de otra forma, se puede prescindir de ella sin problema.
Daños eléctricos sobredimensionados
Esta cobertura protege los electrodomésticos y dispositivos electrónicos del hogar frente a daños derivados de cortocircuitos, subidas de tensión, sobrecargas o fallos eléctricos internos. Esto puede parecer algo esencial, pero la realidad es que muchos de estos aparatos están cubiertos por garantías legales o ampliadas.
Las aseguradoras suelen ofrecer capitales elevados cuando el valor real de los electrodomésticos no alcanza esa cifra, por lo que genera una prima mucho más alta sin que exista una correlación real con el riesgo asegurado. Además, hay que tener en cuenta que muchas aseguradoras aplican franquicias o límites por aparato, lo que va a reducir enormemente la compensación final.
Lo que se recomienda es ajustar el capital a la realidad de los electrodomésticos que hay en casa. En caso de tener electrodomésticos nuevos, se debe consultar si están cubiertos por la garantía del fabricante. En caso de que no sea así, se debe valorar si realmente compensa mantener esta cobertura o reducirla.
Cómo revisar la póliza de hogar paso a paso
Esto empieza por leer detenidamente las condiciones particulares y generales de contrato, prestando especial atención al capital asegurado, a las coberturas incluidas y a las exclusiones. Es esencial comparar el valor real de tu vivienda y de tus pertenencias con lo que aparece reflejado en la póliza, y constatar que el seguro cubre lo que realmente se posee. A continuación, se debe identificar si hay garantías duplicadas y comprobar si se pueden ajustar o directamente eliminarlas. También conviene revisar cuál es el importe de la prima, las franquicias aplicables y la periodicidad del pago.
Si se tienen dudas, lo mejor es consultar con la aseguradora o mediador para aclararlas y solicitar por escrito cualquier modificación. Una revisión anual de la póliza de seguro, coincidiendo con la renovación, sería una buena práctica para asegurar de que se paga solo por lo que realmente se necesita.


