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Pensiones contributivas y no contributivas: ¿qué son y cuáles son sus principales requisitos?

Calculando la pensión. Getty Images
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El sistema de pensiones en España es uno de los pilares fundamentales del estado de bienestar, diseñado para garantizar la protección económica de las personas en diferentes momentos de su vida, ya sea por jubilación, invalidez o situaciones de vulnerabilidad. Sin embargo, no todas las pensiones son iguales, y es fundamental conocer las diferencias existentes entre pensiones contributivas y no contributivas, así como los requisitos para acceder a ellas.

Las pensiones contributivas están destinadas a quienes han cotizado a la Seguridad Social durante su vida laboral, permitiéndoles recibir una prestación económica en función de sus aportaciones. En cambio, las pensiones no contributivas son un mecanismo de asistencia para quienes no han podido cotizar lo suficiente y carecen de recursos económicos. Ambas modalidades cumplen una función social clave, pero tienen condiciones y requisitos específicos.

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Pensiones contributivas

Las pensiones contributivas son prestaciones económicas destinadas a aquellos individuos que han realizado aportes al sistema de la Seguridad Social a lo largo de su vida laboral. Estas contribuciones se acumulan a través de las cotizaciones efectuadas mientras se desempeñaban actividades profesionales remuneradas.

Los requisitos para acceder a una pensión contributiva son varios, y uno de los más importantes es la edad. La edad ordinaria de jubilación en España está sujeta a un patrón de incrementos progresivos. En 2025, se requiere tener 66 años y 8 meses para acceder a la jubilación ordinaria. No obstante, es posible jubilarse a los 65 años si se acreditan al menos 3 8 años y 3 meses de cotización. Hay que resaltar que estas edades irán aumentando con el paso de los años. De esta manera, en 2026 la edad pasará a ser de 66 años y 10 meses, y para jubilarse a los 65 será de 38 años y 3 meses cotizados, como mínimo.

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Además, es necesario haber cotizado un mínimo de 15 años a la Seguridad Social, de los cuales al menos dos años deben haberse cumplido dentro de los 15 años inmediatamente anteriores a la fecha de jubilación. Este mínimo da derecho al 50% de la base reguladora.

Además de la jubilación, las pensiones contributivas abarcan otras contingencias, como la incapacidad permanente, la viudedad y la orfandad, cada una con sus propios requisitos específicos.

Pensiones no contributivas

Las pensiones no contributivas están dirigidas a personas que, por diversas circunstancias, no han podido cotizar lo suficiente al sistema de la Seguridad Social o carecen de recursos económicos para su subsistencia. Estas prestaciones garantizan una ayuda económica, así como asistencia médico-farmacéutica gratuita y acceso a servicios sociales complementarios.

Existen dos modalidades principales dentro de esta categoría:

Pensión no contributiva de jubilación:

Los requisitos para acceder a ella empiezan por haber cumplido 65 años, residir legalmente en España y haberlo hecho durante al menos 10 años entre los 16 años de edad y la fecha de solicitud de la pensión, de los cuales dos años deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud. 

Es importante también considerar el nivel económico, careciendo de ingresos suficientes. Para el año 2025, el límite de ingresos para una persona que vive sola es de 7.905,80 euros anuales. Este límite varía si el solicitante convive con otras personas, ajustándose según la composición del hogar. 

Pensión no contributiva de invalidez:

Los requisitos para tener derecho a percibir una pensión no contributiva de invalidez también comienzan con la edad, debiendo tener entre 18 y 65 años. De igual forma, se debe residir legalmente en España durante al menos cinco años, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud. 

En cuanto al nivel de discapacidad, hay que acreditar un grado de discapacidad igual o superior al 65% y, al igual que en la modalidad de jubilación, es necesario carecer de ingresos suficientes, aplicándose los mismos límites establecidos para la pensión no contributiva de jubilación.

Es importante señalar que la gestión de las pensiones no contributivas corresponde a los órganos competentes de cada Comunidad Autónoma y, en las ciudades de Ceuta y Melilla, a las Direcciones Provinciales del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). 

En resumen, mientras que las pensiones contributivas requieren una trayectoria de cotizaciones al sistema de la Seguridad Social, las no contributivas están diseñadas para proteger a aquellos ciudadanos que, por diversas razones, no han podido cotizar o lo han hecho de manera insuficiente, garantizando así un mínimo de protección social.