Como cada año, en la víspera de la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2025, los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, junto a sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía han presidido el XXXIII Concierto Premios Princesa de Asturias. Una ocasión que la Infanta Sofía ha aprovechado para dejar boquiabiertos con su estilismo a todos los habitantes que se han desplazado hasta en el Auditorio Palacio de Congresos "Príncipe Felipe" de Oviedo para ver la entrada de la Familia Real. Después de su tan comentado estilismo en el Día de la Hispanidad, que muchos señalaron como sobrio y poco juvenil, la Infanta Sofía ha apostado por algo arriesgado: un estilismo de una sola pieza en color negro con los brazos al descubierto y escote en v. La joven no solo ha llamado la atención por su apuesta sino también por la actitud con la que la ha defendido ante las cámaras y el público que se encontraba en las inmediaciones. Sonriente, la Infanta Sofía ha derrochado elegancia con un estilismo que le aportaba seguridad y le hacía sentir cómoda. La extenista estadounidense Serena Williams será galardonada este viernes en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025, enésimo reconocimiento a una brillante carrera que, muchas veces en paralelo a la de su hermana mayor Venus, revolucionó el tenis femenino y le permitió convertirse en un ídolo dentro y fuera de las pistas, siendo un referente, también, al pausar su carrera para ser madre. Comprometida con la defensa de la igualdad de oportunidades en la educación y la ayuda a las víctimas de la violencia, a las que dedica recursos a través de su fundación, la ganadora del Premio Princesa de Asturias de los Deportes ha dicho que ha venido muchas veces a España, que le encanta la cultura del país, del que disfruta visitando los museos de Madrid y mostrando a sus hijas las distintas tradiciones. "Estoy emocionadísima y es un verdadero honor recibir" un premio cuya concesión le "sorprendió muchísimo", le hace sentirse "realizada" y ante el que le "faltan las palabras". Ha añadido que le resulta "impresionante" ser la ganadora de este "reconocimiento internacional", que conoció después de que la actriz Meryl Streep lo ganara en la categoría de las Artes en 2023. "Todos estos meses pensaba: ¿Yo soy la ganadora?", ha dicho la estadounidense, quien instantes antes de la conferencia de prensa fue ovacionada por el público congregado a la entrada del Hotel de la Reconquista, donde ha bailado al son de las gaitas durante un posado para la prensa. En su primera visita a Asturias, adonde llegó ayer, Williams ha podido dar un paseo por Oviedo y disfrutar de una cena "muy rica", ha comentado la tenista, que esta tarde protagonizará un encuentro con el público, en un acto con aforo para 2.000 personas bajo el título 'Serena, legado y leyenda', que estará moderado por la campeona olímpica Theresa Zabell y por el extenista profesional y director del Mutua Madrid Open, Feliciano López, ambos miembros del jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes La tenista se ha declarado este jueves en Oviedo "fan incondicional" de Carlos Alcaraz. "Cuando juega, le llamo y le digo: 'Qué bien, estaba yo animándote!", ha dicho la deportista sobre el murciano (22 años), un tenista "muy joven" que tiene por delante récords para tratar de superarlos. De hecho, Williams ha considerado que Alcaraz, ganador de 6 Grand Slam, podría llegar a igualar o superar los registros de Novak Djokovic (24), Rafa Nadal (22) y Roger Federer (20), ya que los récords están "ahí para superarlos". Sobre su propia trayectoria, Serena Williams (Michigan, 1981), que empezó a jugar al tenis con cinco años bajo las indicaciones de su padre y entrenador, y emulando a su hermana Venus, también tenista, ha afirmado que su progenitor fue el "principal motivo" por el que ambas practicaron este deporte, que les inculcó para que tuvieran una "vida mejor". "Siempre me ha importado mucho el legado que dejaba", ha subrayado la deportista, de quien el jurado también ha destacado su papel como firme defensora de la igualdad de género de la deportista. Serena Williams puso fin a su carrera en el Abierto de Estados Unidos de 2022, con casi 41 años y después de caer ante la australiana Ajla Tomljanovic en tercera ronda. Un adiós, arropada por un público que estaba totalmente de su lado, con el que pudo celebrar una larga y exitosa trayectoria que quedó para siempre grabada en la historia del tenis y también del deporte. La menor de las Williams, de cinco hermanas criadas en Compton (California), dejó las pistas tras 27 años de profesional, con 23 títulos de 'Grand Slam', a uno finalmente del récord histórico de la australiana Margaret Court pero con una influencia fuera de las pistas sin igual y en todos los rincones del mundo. Serena eligió el escenario de 108 de sus victorias, 103 en la Arthur Ashe que le rindió una despedida de leyenda, para decir adiós a las pistas. La combinación de la deportista y la persona tiene un valor único en la estadounidense, capaz de arrasar en la cancha y ejercer su liderazgo en favor de la sociedad más desfavorecida, contra el racismo y la desigualdad. La complejidad médica que tuvo su embarazo, cuando optó por pausar su carrera cuando estaba en disposición de luchar por todos los torneos, la pandemia de coronavirus y una última lesión evitaron una despedida mayor en las pistas. Con todo, Serena fue capaz de ganar su 23 'grande' en 2017, en Australia, y superar a Steffi Graf como la mejor de la Era Open, y tener después cuatro finales más para hacer el 24; título que ya no pudo lograr. "Son lágrimas de felicidad creo, aún no lo sé. Todo empezó con mis padres, lo merecen todo, y no habría una Serena sin una Venus, gracias Venus", comentó en su discurso de despedida en la pista central neoyorquina ante 30.000 personas, con el último baile después de tres décadas ganando todo y en todas las partes del mundo (73 títulos). En el Abierto de su país ganó su primer 'grande' en 1999, el inicio de una carrera que no dejaría indiferente a nadie tanto en la pista como fuera. Williams persiguió la desigualdad, llevó ayuda humanitaria a África y condenó el racismo, como hizo en 2001 en Indian Wells, mientras se convertía en una jugadora imparable con una raqueta, poseedora de todos los 'grandes' en 2003. Serena amasó lo que serían 319 semanas en el número uno y el oro olímpico en los Juegos de Londres 2012. Como cualquier deportista, la estadounidense no estuvo libre de decepciones, como la que se llevó en semifinales del US Open de 2015, cuando sufrió una dura remontada por parte de la italiana Roberta Vinci, a un paso de hacer el 'Grand Slam'. Estando ya embarazada de ocho semanas, Serena ganó su octavo Abierto de Australia en 2017, en una persecución que finalmente quedó inacabada. El 24 se le resistió a la americana, a pesar de que solo tardó cuatro meses de su regreso en volver a una final. Se le escapó en Wimbledon y el US Open, igual que en 2019. La californiana demostró ser competitiva como pocas, a pesar de las dificultades físicas de su parto, donde sufrió una embolia, y volvió a ser contundente en denunciar los problemas de la mujer negra en el sistema de salud estadounidense. Williams reapareció en Roland Garros ocho meses después de dar a luz con un traje de 'cat woman' que le ayudó a sobrellevar los coágulos de sangre. De nuevo como muestra humana, Serena sufrió un desliz importante en la final del US Open de 2018, cuando protagonizó un desagradable y largo encontronazo con el árbitro, con una tímida Naomi Osaka irrumpiendo al otro lado. Los rumores de la retirada fueron creciendo, la pandemia no ayudó y el físico se resintió. La seis veces campeona de Wimbledon no pudo despedirse de Londres como hubiese querido, lesionada en 2021, y a las primeras de cambio también en 2022, donde volvió un año después. En agosto, Serena anunció su decisión de dejarlo en Nueva York, adonde llegó con tres derrotas en cuatro partidos. La Arthur Ashe la acompañó en dos victorias emocionantes, en especial la de segunda ronda. Profesional desde 1995, despuntó en sus inicios en las competiciones de dobles mixtos, al ganar Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos con Max Mirnyi como compañero. Pero en 1999 ya brillaba en solitario, con un primer Abierto de Estados Unidos que fue su primer título de Grand Slam y en la WTA. Seis veces campeona del Abierto estadounidense y siete del torneo de Wimbledon, Serena Williams acumula 73 títulos individuales, 23 dobles --la mayoría junto a su hermana mayor Venus--, 2 dobles mixtos (ambos Grand Slam, donde ganó otros 14 en dobles) y 4 medallas de oro olímpicas. Un palmarés que, sin duda, la sitúa entre las más grandes tenistas de la historia.