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En su tercera cita con Silvia, Maikel no dudó en regalarle una rosa y dedicarle una canción. Silvia estaba encantada, estaba con el chico que más le gustaba y estaba empezando a confiar en él. La situación era tan especial, que Silvia no dudó en besar a Maikel. Pero se encontró con algo que no le gustó. El madrileño no pudo evitar pensar en la reacción de sus compañeros de silla y Silvia se enfadó y se marchó.








