Pilar tiene una cita y está dispuesta a ponerse sus mejores galas para conquistar a Luis. Concretamente ha optado por su blusa de la suerte: es de los años 80 y no liga desde que no se la pone. Aunque está muy ilusionada porque confía ciegamente en qué va a encontrar el amor gracias a su blusa, una mancha y un infortunio tras otro acaban pasándole factura.