Jonathan: "Me gustaría cepillarme primero a Elisabeth, luego a Rebeca y luego a las dos"

cuatro.com 06/10/2011 00:15

Jonathan tiene muy claro su objetivo en ‘Granjero busca esposa’: beneficiarse a sus pretendientas. El granjero ha recibido a Rebeca y Elisabeth en Castañeda, Cantabria, y lo ha hecho fardando de tenerlas en el bote delante de sus amigos y familia. El Don Juan ha confesado, sin pestañear, que él no será quien conquiste a sus chicas, sino que tendrán que ser ellas quienes se ganen su corazón, ya que todas sus energías están enfocadas, únicamente y exclusivamente, en llevárselas a la cama.

El granjero cántabro, ha recibido expectante a sus chicas en Castañeda, Cantabria. Jonathan estaba deseoso por verlas, sobre todo porque, con gran orgullo, ya les había dejado una tarea preparada: lavar su ropa.

Las chicas, por su parte, han llegado al pueblo de Jonathan dispuestas a todo. Ambas comentaban que les gustaría ser amigas, pero conscientes de que están compitiendo por el mismo hombre, pronto olvidaron la idea.

“Me gustaría llevarme bien con Elisabeth, pero creo que es complicado porque venimos a por el mismo chico. Si me apetece darle un beso yo se lo voy a dar y pienso luchar hasta el final para quedarme con él”, aseguraba Rebeca.

Una vez se encontraron con su príncipe azul, los nervios aumentaron y la chulería de Jonathan también: "A las chavalas las he visto exactamente igual que el día que las dejé, una muy flaca y la otra con mucha escuela, que ya andaba en bici cuando yo todavía no había nacido". Además, añadía: "Yo pienso ir a saco a por las dos, eso lo tengo clarísimo. Voy a hacer igual que el día que las conocí, ir a por todas, y me da igual que sean diez o que sean tres".

Muy seguro de tener a Rebeca y a Elisabeth en el bote, Jonathan ha querido ponerlas a prueba. Al recibir la carta de su ciberpretendienta, en vez de leerla en la intimidad, la ha compartido con ellas para ver su reacción: "He decidido leer la carta en alto para cabrearlas y hacer con ellas lo que tengo que hacer. Espero beneficiarme a las dos antes de que llegue la ciberprentendienta".

Tras pasar la tarde juntos, la lluvia les ha obligado a volver raudos y veloces a casa de Jonathan. El granjero, lejos de tapar y proteger a sus chicas del agua, ha echado a correr prácticamente sin mirar atrás. Una vez en casa, las chicas le han propuesto salir de marcha para poder continuar conociéndose, pero el Don Juan ha preferido no dejar ver su lado fiestero por miedo a espantarlas: “Yo si quiero puedo trabajar, ir de fiesta y reventarlas, pero tampoco es plan de que me conozcan así, porque me abandonan, está claro”.

Finalizada ya su primera jornada junto a las chicas, Jonathan ha querido recapitular y confesar sus intenciones para con ellas: "Me beneficiaría primero a Elisabeth, que está muy buena, y a Rebeca la dejaría de reserva, aunque la que más me gusta es Rebeca. Sí, me gustaría cepillarme primero a Elisabeth, luego a Rebeca y el último día a las dos a la vez. Pero si vienen tres, pues a las tres, creo que es lo mejor desde mi punto de vista. Convenzo a una luego, luego a la otra, las engaño y a ver quién acaba con quién".