Además de las intervenciones de riesgo que se producen en Turquía, hay otra práctica que se está realizando en el país y que puede conllevar un riesgo significativo de desarrollar botulismo, una enfermedad rara, pero grave, causada por una toxina que ataca los nervios del cuerpo.
Como respuesta a esta práctica, se cerraron dos hospitales en Turquía por este motivo, pero 'Focus' ha averiguado que uno de ellos sigue operando con normalidad. La tensión en el recinto fue en aumento al verse descubiertos y la seguridad del hospital acabó desalojando al programa y obligándoles a borrar las imágenes que habían grabado.
Para el Dr. Ballesta está claro: nunca recomendaría operarse con toxina botulínica. "Lo que produce es una parálisis del estómago para parar intentar eliminar la hormona que produce la saciedad", explica sobre esta práctica prohibida en España. Hecho que provoca el intrusismo y la aparición de pseudoprofesionales de la medicina estética dispuestos a inyectarlo, en cualquier sitio y zona, a pesar de sus riesgos.