Sandra se salta todos sus principios y come paella: “El arroz es muy tóxico, es el mal del demonio”

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Sandra quería que sus chicos vivieran la fiesta de la paella que se celebra cada domingo en el pueblo para que pudieran conocer a otras personas y entender su filosofía de vida. Los chicos se sentían raros de estar con tantas personas desnudas y cocinando sin ropa, pero también se sentía cómodos y felices de vivir algo así. Sandra siente que sus chicos están haciendo un acto de amor al no comer nada cocina y ella ha querido hacer también uno por ellos: le ha parecido bien que comieran paella y ella ha hecho el gran esfuerzo de comer también un poquito “esto lo hago por amor”.