La idea de la isla surgió después de que Kristina Roth -varias veces incluida en la lista de Forbes de las diez empresarias que más beneficios habían obtenido de sus compañías- experimentariase un retiro espiritual en un complejo vacacional de Calabasas, California.
Allí, decidió que ella misma debía ser la que diese el empujón a la creación de algo similar. Así, y después de enamorarse de un local de Finlandia, decidió que el lugar tenía que ser precisamente ese. La empresaria compró una isla de 340 hectáreas a una hora y media del país.
En su resort, que ha nombrado SuperShe Island, no está permitida la entrada a los hombres. Pero, explica, no es una idea hembrista. "¡Me encantan los hombres!", ha declarado al New York Post.
No obstante, reconoce que la idea de relajación de las mujeres se distorsiona con la presencia del otro sexo. "La idea es concentrarse en uno misno, no alterar las hormonas".
De momento, las que han podido disfrutar de la isla son mujeres del círculo de Kristina Roth, pero está previsto que se abran las reservas al público en julio, según el mismo diario.