Hace dos años, Aitor fallecía de un edema pulmonar en casa. Sus padres hicieron hasta cinco llamadas pidiendo ayuda al 112 antes de que feneciera. Casi un año y medio después de la muerte, han conseguido las grabaciones de las conversaciones telefónicas, en las que se muestra cómo los médicos consideran que no es nada grave, hasta que el joven está desmayado en el suelo.
Bartolomé y Carmen, padres de Aitor, todavía no se han recuperado de la pérdida de su hijo. "Le intentamos llevar al hospital pero no podíamos con él, por eso llamamos para pedir ayuda", contaba Carmen. Al principio, pensaron que era un bajón de tensión, pero en seguida empezó a faltarle el aire y tomaron medidas. "Solo estaba pidiendo una ambulancia, no el oro del mundo", afirma la madre, que considera que si les hubieran hecho caso desde el minuto uno, su hijo "seguiría vivo".
En total, se llegan a producir cinco llamadas en las que hasta el último minuto, los médicos afirman que Aitor estaba correctamente. Durante la última llamada, la más dura, se oye cómo Bartolomé afirma "se nos muere, se nos muere". Ambos padres piden que se escuche su testimonio después de la muerte de su hijo: "Es un dolor que no suple nada ni nadie" como explica Bartolomé.