Muchas preguntas aún sin resolver seis meses después de los atentados en Barcelona y Cambrils

Noticias Cuatro 17/02/2018 11:45

Se cumplen seis meses de los atentados terroristas que sacudieron Barcelona y Cambrils el pasado verano. Hoy se ha conocido que el Ayuntamiento de Barcelona se ha personado como acusación particular en la causa.

El 17 de agosto de 2017, a las 16:50 horas de la tarde, una furgoneta que circulaba por la calle Pelayo, giró bruscamente y se incorporó a La Rambla, el centro neurálgico de la ciudad Condal, para arrollar todo lo que encontraba a su paso.

A la 1:25 de la madrugada, un turismo intenta saltarse un control policial cerca del paseo marítimo de Cambrils, en Tarragona. Sus ocupantes, cuatro personas, son abatidos por los agentes y un quinto apuñala mortalmente a una mujer.

El resultado de este suceso fue trágico: 15 fallecidos y más de 80 heridos, muchos de ellos de extrema gravedad.

Unas imágenes exclusivas de Mediaset mostraron el momento exacto en el que la furgoneta, conducida por Younes Abouyaaqoub, arrolla a toda velocidad a las cientos de personas que paseaban por Las Ramblas.

El autor material del mayor atentado terrorista vivido en España tras el 11-M en Atocha, fue abatido cuatro días después de la masacre, después de ser localizado gracias a la colaboración ciudadana en Subirats, a 50 kilómetros de la capital catalana. Llevaba puesto un cinturón de explosivos que resultó ser falso en el momento en el que los agentes le abatieron.

QUINCE VIDAS ROTAS

Julian, de 7 años de edad, de nacionalidad australiana y británica, estaba con su madre 'Jom' Cadman en Las Ramblas de Barcelona, cuando la furgoneta con la que se llevó a cabo el atentado les arrolló. Francisco, de 57 años de edad, natural de Lanteira (Granada), llegó a Barcelona hace décadas para buscar un mejor futuro. Estaba con su mujer, su sobrina y sus dos hijos cuando la furgoneta con la que se llevó a cabo el atropello en Las Ramblas le atropelló a él y a su sobrino Xavi, de solo 3 años, la víctima más joven del atentado.

Bruno Gulotta, tenía 35 años y era de Milán. Voló a Barcelona con su mujer y sus dos hijos, de 6 años y 7 meses, para pasar las vacaciones, pero el terrible atropello le robó la felicidad a la familia.

Luca Ruso, de 25 años, estaba en la ciudad con su novia, que resultó herida en el ataque terrorista. Jared Tucker, de 43 años, estaba con su mujer celebrando el primer aniversario de boda. Elke Vanbockrijck, tenía 44 años y era belga. Murió delante de su marido y sus dos hijos de 11 y 14 años.

Carmen Lopardo, de 80 años de edad, era italiana, pero vivía en Argentina. Ian Moore Wilson, canadiense, que se encontraba de vacaciones en Barcelona con su familia.

Silvina Alejandra Pereyra, argentina de 40 años de edad, trabajaba en La Boquería desde hacía 10 años, fue arrollada mortalmente por la furgoneta. Pepita Codina, natural de San Hipolit de Voltrega, tenía 75 años, cuando el terrible suceso le quitó la vida en el centro de Barcelona.

El Gobierno portugués también el fallecimiento de dos mujeres de su país en el atentado. Se desconocen sus identidades pero sabe su parentesco, eran abuela y nieta.

Pau Pérez, de 34 años de edad, es la víctima número 15 de los atentados en Cataluña. Su nombre ha pasado a la lista oficial tras confirmarse que fue asesinado por los terroristas.

INCÓGNITAS TRAS EL ATENTADO

180 días después de la masacre, aún sigue habiendo incógnitas sin resolver. Abdelbaki Es Satty está considerado 'cerebro' de célula terrorista investigada por la Audiencia Nacional. Falleció en la explosión de la casa de Alcanar en la noche del miércoles, 16 de agosto, horas antes de que los yihadistas atentaran en La Rambla y en el paseo marítimo de Cambrils.

Fuentes del CNI han explicado que los servicios de inteligencia contactaron con Es Satty aunque en ningún caso fue un confidente. El contacto ocurrió en 2014, cuando cumplía condena en la cárcel de Castellón, "siguiendo los protocolos y como hacen todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado".

Otra de las incógnitas es su viaje a España después de haber estado, sin éxito, dos meses en una ciudad de Bélgica.

El imán de la mezquita de Ripoll viajó a Vilvoorde, una ciudad pegada al norte de Bruselas y que hace años estaba en el punto de mira contra la lucha. Aquí pidió trabajo en la mezquita, pero desapareció cuando le pidieron sus antecedentes penales.