La donación de óvulos y esperma en España, cerca de dejar de ser una actividad anónima
Las clínicas consideran que esto acabará con los donantes
España es uno de los países con más clínicas de reproduccion
La donación de óvulos y esperma en nuestro país podría estar muy cerca de dejar de ser una actividad anónima. El Comité de Bioética de España, propone la reforma de la ley para que las personas concebidas in vitro puedan conocer quiénes son sus padres biológicos.
Las clínicas consideran que el fin del anonimato acabará con los donantes en uno de los países con más centros de reproducción asistida del mundo, más de 400.
Consideran que por encima del derecho al anonimato de los donantes prevalece al de las personas a conocer sus orígenes para poder formar su propia identidad. La propuesta abre, de momento, un debate que en el que se mezclan, la medicina, la ética y también el negocio. Según los últimos datos de la Sociedad Española de Fertilidad, unos 7000 niños nacieron en 2017 gracias a la donación de óvulos o esperma.
Es lo que ocurre ya con países que han acabado con el anonimato o son más restrictivos como Francia, Italia y Reino Unidos, cuyos residentes son los que m ás acuden a técnicas de fertilidad en España.
En España, de momento se permite conocer los datos del donante en circunstancias extraordinarias con riesgo para la salud o cuando un juez lo pida, pero nunca la identidad.
Los más afectados serían el 72% de las mujeres que apuestan por óvulos donados tienen más de 40 años, según la Sociedad Española de Fertilidad.
Actualmente, la donación, en principio altruista, va acompañada de una compensación económica por molestias físicas, gastos de desplazamiento y laborales que ronda entre los 800 y 1000 euros. Del otro lado, los tratamientos de fertilidad tienen un coste que oscilan entre los 5000 y 30000 euros.
El límite máximo de nacidos por donante es de seis bebés, aunque si el donante cambia de clínica y no dice nada puede reiniciar la cuenta. La Ley de Reproducción Humana Asistida de 1988 contemplaba la creación de un registro nacional para evitar este tipo de excesos, pero todavía no existe.
De momento, el fin de anonimato para los donantes de óvulos o semen es solo una propuesta y no afectaría a los que ya lo han hecho. Sería el Congreso quien en última instancia debería modificar el artículo 5.5 de la Ley de Reproducción Humana Asistida que lo ampara.
