Los jóvenes reconocen que las representaciones de la masculinidad y la feminidad en la música actúan como modelos de referencia en la adolescencia e influyen en su forma de vestir, comportarse y relacionarse, al tiempo en que han señalado al reggaeton como "el género musical más machista".
Según el informe del proyecto europeo ‘Play for Change’, el 84% de los alumnos opina que en los videoclips se valora más el aspecto de las mujeres que el de los hombres, y que a ellas se las representa de forma hipersexualizada y sumisa, mientras que los hombres se muestran con poder, dinero, e incluso tratando a las mujeres como objetos.
Del mismo modo, señalan hacia un modelo de belleza femenina excluyente y elitista, lo que actúa como “forma de presión estética” para las mujeres.
MODELO DE MASCULINIDAD “CHULESCA”
En lo que respecta a los hombres, las adolescentes destacan que, a través de la música, se promueve un modelo de masculinidad agresiva, dura y "chulesca", que legitima la posición de superioridad de los chicos sobre las mujeres.
REIVINDICACIÓN DE LA SEXUALIDAD
Por su parte, la sexualización de las mujeres no está considerada por los adolescentes necesariamente como una forma de sumisión, y algunos señalan que el hecho de que haya mujeres artistas que muestren y reivindiquen su sexualidad abiertamente también puede ser una señal de empoderamiento, autonomía y control del propio cuerpo.
DESRESPONSABILIZACIÓN DE LOS CHICOS
Más allá, el análisis cualitativo del informe también recoge que la mayoría de los chicos otorgan a las chicas la responsabilidad última de hacer frente al machismo: "No solo se desresponsabilizan del mantenimiento de su posición de privilegio, sino que tienden a culpabilizar a las chicas de ser cómplices" o bien de su inacción ante las discriminaciones que sufren, subraya.
Por su parte, el profesorado, –que también fue parte de las encuestas–, ha insistido en el rol de las chicas en la perpetuación del machismo, mientras que la responsabilidad de los chicos "tiende a diluirse en su discurso", ha alertado la entidad, a la vez que admiten que en situaciones de desigualdad tienden a poner el foco en ellas, en lugar de trabajarlo con ellos.
En este sentido, los profesores también han coincidido en la capacidad que posee la música para transformar las denominadas relaciones de género, al tratarse de un elemento identitario para los adolescentes.