Greenpeace acusa a 25 productores de aceite de palma de deforestar 1.300 kilómetros cuadrados de selva

Noticias Cuatro / EFE 19/09/2018 18:47

En un informe titulado ‘Cuenta atrás final’, Greenpeace denuncia diversos casos que comprenden desde la presencia de plantaciones en zonas protegidas y hábitat de orangutanes, pasando por la quema ilegal de bosques para la agricultura, hasta las irregularidades administrativas y conflictos sociales.

Según la organización, el 40% del terreno deforestado, –unos 1300 kilómetros cuadrados de selva– se encuentra en la provincia indonesia de Papúa, al oeste de la isla de Nueva Guinea.

"Papúa es uno de los lugares del mundo con mayor biodiversidad, y sus bosques vírgenes se han librado hasta hace poco de la destrucción que ha ocurrido en el resto de Indonesia", manifestó Kiki Taufik, director de la campaña de bosques indonesios de Greenpeace en declaraciones a EFE.

No obstante, no es este el único punto afectado en la región. El informe también señala casos que han tenido lugar en otras partes de Indonesia, como en la isla de Borneo, las islas Molucas y la isla de Célebes, al giual que también aparecen casos en Papúa Nueva Guinea.

Según señala Greenpeace, firmas reconocidas y con presencia internacional están vinculadas a esta deforestación a través de sus cadenas de suministro. Entre ellas, la organización cita a Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg's, Kraft Heinz, L'Oreal, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unileve, si bien precisa que Mars es una de las pocas compañías que han cortado lazos con empresas de aceite de palma vinculadas a la deforestación.

Más allá, también señala a Danone, Ferrero, Johnson & Johnson, PZ Cussons o Procter & Gamble, relacionándolas en su documento con proveedores de aceite de palma que incumplen los requisitos de sostenibilidad de la industria, al igual que acusa a Wilmar, principal intermediario de la industria, de continuar colaborando con la deforestación.

EL ACEITE DE PALMA, EN EL CENTRO DE LA POLÉMICA

Indonesia y Malasia son los dos principales productores de aceite de palma, un producto que se utiliza junto a sus derivados en diversos ámbitos como la alimentación, higiene, cosmética o biocombustible y que no deja de estar en el centro de la polémica.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios señalan que el aceite de palma, –el más utilizado del mundo, por delante del de soja o el de colza–, “está lejos de ser una alternativa idónea desde el punto de vista del equilibrio nutricional”, comparando con otros como el de girasol o el de oliva.

Más allá, sobre el producto, rico en grasas saturadas, pesa la alarma por la presencia de algunos compuestos calificados como posibles carcinogénicos, así como la evidencia del daño medioambiental y social que provoca su producción.