Sus víctimas tenían solo cinco y ocho años, y eran hermanos. Niño y niña. Sus padres tenían relación amigable con él, entraba en casa como cualquier otro vecino. Pero este joven de 18 años usó esta confianza para destrozar la vida de toda su familia. Entre 2013 y 2014 este sujeto agredió y violó repetidamente a los dos hermanos residentes en el condado británico de Devon. Ahora, al dolor se ha unido la indignación porque acaba de salir de prisión solo tres semanas después de haber sido condenado, según informa Daily Mail.
El pasado 7 septiembre todos los cargos fueron anulados, lo que indignó profundamente a la familia de las víctimas. El caso pasó a otro juez, que aceptó el recurso de apelación del acusado, teniendo en cuenta su edad en el momento de la comisión de los crímenes, la falta de reincidencia en los últimos cinco años y su "vulnerabilidad en una prisión para adultos".
"Se trata de alguien que incitó a mi hija de cinco años, que creía en el hada de los dientes, a practicar actos sexuales y mantenerlo en secreto. Le arrebató su inocencia, los dejó con un trauma de por vida y cumple tres semanas en prisión. No tiene sentido", clama la madre. La familia de los niños y el delincuente viven en el misma pequeña localidad, y los denunciantes temen que sus hijos se puedan topar con la persona que los violó: "mis hijos no pueden caminar libremente en su propio pueblo". Además de cambiar la sentencia, el tribunal redujo de cinco a dos años y medio el periodo de registro obligatorio como delincuente sexual. "Fue liberado de inmediato el viernes, y estuvo en una fiesta el sábado por la noche", declaró la madre al medio.
El violador, adolescente cuando ocurrieron los hechos tenía un modus operandi pecluiar. Violaba a los pequeños con la excusa de jugar a 'asesinato en la oscuridad', en el que se repartían el papel de asesino y otro de policía. En determinado momento del juego, la luz se apaganba, el policía abandonaba la habitación y el asesino 'mataba' a los demás jugadores. Según la investigación, la pesadilla se prolongó durante al menos nueve meses, si bien el tribunal solo probó catorce ocasiones. Sin embargo, el chico víctima de los abusos asegura que fue atacado "aproximadamente setenta veces".
La verdad no trascendió hasta 2016, cuando el chico decidió romper el silencio después de una clase de educación sexual en el colegio y se lo contó todo a su madre, que describe ese día como "la noche del infierno". La mujer pronto descubrió que la hija también había sido víctima del mismo agresor, si bien resultó que ninguno de los hermanos sabía que el otro también estaba siendo objeto de abusos.
En última instancia, el violador admitió haber cometido los delitos y, finalmente, el pasado 14 de agosto los padres se sintieron aliviados al escuchar la sentencia del juez, que dictó un año de prisión contra él, y le prohibió acercarse a sus víctimas, obligándolo a registrarse durante cinco años en el registro de delincuentes sexuales. Ahora todo eso ha cambiado.