Kim ha llegado al aeropuerto de Changi sobre las 12.30 (hora local) en un vuelo de Air China procedente de Pyongyang con el resto de la delegación norcoreana. La mayoría de emisarios han viajado a Singapur a lo largo de la semana.
Por su parte, el Air Force One en el que viajaba Trump, acompañado de Mike Pompeo, el secretario de Estado, ha aterrizado en la base militar de Paya Lebar, en Singapur, a las 20.21 (hora local). No obstante, el mandatario estadounidense no inaugurará su agenda oficial hasta el lunes, día en el que tiene previsto entrevistarse con Lee Hsien Loong, el primer ministro de Singapur,
Singapur, una ciudad-estado de apenas cinco millones de habitantes conocida por ser uno de los pocos focos de estabilidad democrática en la región, se ha convertido en una auténtica fortaleza para albergar la reunión entre Trump y Kim.
El primer ministro ha cifrado en 20 millones de dólares el coste de albergar la cumbre, la mitad en concepto de seguridad. "Estamos dispuestos a pagarlo", ha dicho en rueda de prensa, explicando que esta reunión es necesaria para dar un "nuevo rumbo" a las relaciones entre las dos Coreas y avanzar hacia la estabilidad regional.
La prioridad del diálogo entre Trump y Kim es reanudar las conversaciones sobre la desnuclearización de la península coreana, que quedaron suspendidas hace una década por las pruebas atómicas del régimen comunista.
Además, Trump ha sugerido que podrían llegar a un acuerdo para conseguir la pacificación de Corea. Seúl y Pyongyang siguen en guerra porque en 1953 solo firmaron un armisticio para cesar los combates. Estados Unidos, como garante designado por la ONU para este conflicto, juega un papel esencial en la paz.