El tifón Mangkhut deja en estado de Calamidad grandes zonas de Filipinas : 77 muertos y más de 55 desaparecidos

Noticias Cuatro / Agencias 18/09/2018 09:37

El mayor tifón de la temporada arrasó el sábado el norte de la isla de Luzón, en el extremo septentrional de Filipinas dejando escenas dantescas. Los datos oficiales de fallecidos, heridos y desaparecidos se modifican a medida que avanzan las tareas de rescate. El alcalde de Itogon, Vitorio Palangdan, explicó a medios locales que hay todavía unas 65 personas -cifra superior a la global de la Policía- desaparecidas, sepultadas a unos 300 metros de profundidad.

La mayor parte de las víctimas se concentran en Itogon, provincia de Benguet, por las fuertes inundaciones y los desprendimientos de tierra causados por el tifón Mangkhut que dejó sepultadas una mina de oro y los barracones donde vivían de manera ilegal mineros con sus respectivas sus familias.

Las autoridades informaron que muchas de las víctimas se negaron a ser evacuados antes de la llegada del tifón, porque pensaban que allí estaban seguros. Esa mina de oro estaba cerrada desde 2009 tras un accidente, pero muchos mineros desempleados que la explotaban a pequeña escala de forma irregular, según informó EFE.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, visitó este lunes a las familias de las víctimas de Itogon y les entregó a cada una un cheque de 45.000 pesos (710 euros) y artículos de primera necesidad, además de ayudas por valor de 25.000 pesos (400 euros) para enterrar a sus seres queridos.

Tres días después del paso del devastador Mangkhut, bautizado localmente como Ompong, hay más de 20.000 personas todavía evacuadas de sus hogares y los afectados por el temporal ascienden a unas 590.000 personas.

De momento, cuatro provincias que recibieron el embate del tifón, Abra, Benguet, Cagayan e Ilocos Norte, han sido declaradas en estado de calamidad ante la gravedad de los destrozos.

El tifón tocó tierra en Baggao, en la costa nororiental del país, la madrugada del sábado con vientos de hasta 305 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y olas de seis metros, aunque en su trayectoria hacia el oeste se fue debilitando y abandonó el país por la noche con vientos de entre 120 y 170 kilómetros por hora.