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Estas son las imágenes de una ciudad siria devastada por los dos años de conflicto militar entre la oposición armada y el Gobierno de Bashar-al Assad. Un paisaje desolador el de Deir ez-Zor, hecho de ruinas y despojos, por donde deambulan como fantasmas sus habitantes. Al final, de la guerra civil abierta entre los llamados rebeldes y las fuerzas del régimen sirio no hay vencedores, solo ruinas. Cuando el presidente de Siria aparece en los escenarios públicos con su elegancia de traje y corbata, a esa misma hora en ese mismo país otras cientos de personas caminan entre los restos de sus casas, de sus calles, esquivando metralla y polvo.







