Oliver ha sido condenado por matar a tiros a Edwards, un adolescente de 15 años que se encontraba en el interior de un vehículo junto a cuatro amigos, todos ellos desarmados. El ahora exagente, ya que fue expulsado del cuerpo, acudió allí alertado por los vecinos, que aseguraban que un grupo de menores estaban bebiendo alcohol.
Durante el juicio, el expolicía indicó que abrió fuego contra los menores porque su entonces compañero se encontraba en peligro. Versión que el policía negó, llegando a asegurar que en ningún momento temió por su vida.
El padre del adolescente, tras el veredicto, explicó que se siente liberado por la decisión del tribunal. La familia del joven asesinado celebró la condena fundiéndose en un fuerte abrazo.
La importancia de la sentencia es máxima, ya que es el primer caso en Dallas en el que se encarcela a un policía por asesinar a un ciudadano negro en 40 años. También es la primera sentencia de este tipo en el país norteamericano desde 2005. Oliver podría ser condenado a cadena perpetua.
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