Este hecho ha sido denunciado por la organización de protección de animales Humane Society International, que ha asegurado que las cifran son “chocantes” y reflejan “un triste testimonio de la crueldad de la caza de ballenas”.
Alexia Wellbelove, una de las responsables de la organización, ha asegurado que este hecho “es una nueva prueba de la naturaleza verdaderamente macabra e inútil de la caza de ballenas, cuando se sabe que las investigaciones no letales son suficientes para los objetivos científicos”.
Y es que a pesar de que Japón es uno de los países firmantes de la moratoria de la caza de ballenas que la CBI realizó en 1986, tal y como indica El Heraldo, el país asiático realiza cada año una campaña para cazar a estos cetáceos con fines científicos. Sólo hay dos países que practican la caza de la ballena con fines comerciales: Noruega e Islandia.