Según informa el diario The Mirror, Mason viajará a Estados Unidos para quitarse los 44 kilogramos de piel que le sobran después de perder casi 300 kilogramos para dejar de ser el hombre más gordo del mundo.
Mason lo ha intentado todo para que el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido le cubra la operación, incluso posó desnudo en los medios de comunicación, pero de nada le ha servido.
Un portavoz del NHS asegura que la intervención no le puede ser realizada a Paul hasta que su peso no se mantenga estable.
Su historia ha dado la vuelta al mundo y llegó hasta oídos de una cirujana plástico de la ciudad de Nueva York se ofreció para realizar la complicada operación.
Mason logró trasladarse a vivir a Boston con su novia y la próxima semana cumplirá su sueño.