En Egipto se acaba la cuenta atrás para el presidente Mohamed Morsi y los militares empiezan a desplegarse por las calles de El Cairo. El país sigue dividido con un presidente que aún continúa aferrado al poder. Por un lado los que exigen su dimisión abarrotan la plaza de Tahrir y por otro miles de islamistas le muestran su apoyo en la otra punta de El Cairo.
Acorralado ante la presión, Morsi ha propuesto un 'gobierno de unidad nacional', pero su propuesta parece no ser suficiente y llegar demasiado tarde. El Ejército ha tomado la televisión estatal y han anunciado que depondrán al presidente, suspenderán la Constitución y convocaran elecciones.
Egipto vive momentos de máxima tensión. En las últimas horas 16 personas han muerto en enfrentamientos violentos. El entorno de Morsi denuncia un golpe de Estado y la última vez que se supo del presidente fue anoche, cuando anunció estar dispuesto a derramar su sangre por Egipto.
Hoy, ni siquiera está claro su paradero y se ha llegado a decir que estaba detenido. El Ejército egipcio le ha prohibido salir del país, al igual que a diversos altos cargos.