Con sólo once años Meghan Markle escribió a la entonces Primera Dama de EEUU, Hillary Clinton, y a la empresa que comercializaba un lavavajillas para que cambiase un anuncio machista y lo conisguió. Así que no es de extrañar que esta niña descendiente a la vez de esclavos africanos y de un Rey de Escocia acabase como Embajadora de la ONU. Una joven que, a sus 36 años, acaba de cerrar su etapa en 'Suits', la serie de televisión que la convirtió en una estrella.
Aunque Meghan Markle era una figura pública antes de conocer al Príncipe Enrique, su vida ha cambiado ya por completo. Ha dejado su carrera como actriz. Ha cerrado su blog y sus cuentas en redes sociales. En definitiva, millones de seguidores que ha regalado ahora a la monarquía británica. La estadounidense goza del afecto del público, al que no parece importarle que sea extranjera y que esté divorciada. Ahora está por ver si acabará destronando en influencia a la duquesa de Cambridge, una Kate Middleton, que se ha apartado discretamente a un segundo plano para dejar brillar a Meghan hasta que pase el gran día.