El director de censura de la Oficina de Clasificación de Películas y Literatura, David Shanks, ha justificado el motivo que ha llevado al Gobierno a tomar esta decisión: "Se debe hacer una distinción importante entre el discurso de odio (que puede ser rechazado por muchas personas de pensamiento correcto pero que es legal de expresar), y este tipo de publicación, que se ha hecho de forma deliberada para promover más asesinatos y terrorismo".
Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, confirmó el pasado domingo que su oficina recibió minutos antes del ataque un manifiesto de 37 páginas escrito por el atacante, aunque no había tiempo material para reaccionar e impedir el atentado.
Un portavoz de Ardern explicó que el texto fue enviado a una dirección genérica, no a una que consulte únicamente la propia primera ministra, y que había otros destinatarios como dirigentes políticos neozelandeses y medios de comunicación del país y extranjeros.