Los hechos se conocieron en 2013, cuando la madre llevó el coche al taller. Allí, el mecánico encontró a la pequeña cubierta de excrementos e incapaz de mantener la cabeza erguida. “Estaba pálida como un fantasma”, describió el hombre.
Después de dar aviso a la policía y descubrir a la pequeña en el maletero, la madre parecía “tranquila”, como si se tratara de un “liberación”, en palabras del mecánico.
La niña logró sobrevivir pero tiene secuelas “permanentes” ya que tiene un déficit funcional de 80% y un autismo probablemente irreversible, tal y como se sostenía en un examen médico realizado en 2016.
La madre y su esposo fueron detenidos pero el padre quedó en libertad tras declarar que no conocía ni el embarazo de la mujer. La pareja tenía otros tres hijos, de entre 6 y 17 años, todos escolarizados y normalmente integrados a la sociedad.
La niña vive actualmente con una familia de acogida. Los otros tres hijos fueron devueltos a sus padres después de haber sido colocados en familias de acogida.