A la ceremonia han asistido el presidente de la República, Sergio Matarella y el primer ministro, Giuseppe Conte, que estaba acompañado de varios de sus ministros, entre ellos, el controvertido Ministro del Interior Matteo Salvini, que ha sido recibido entre aplausos.
Con la presencia, además, de los presidentes del Senado y de la Cámara, Maria Elisabetta Casellati y Roberto Fico, y el arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco, se han depositado coronas de rosas blancas, banderas nacionales y otras pertenencias personales de las víctimas.
"La gran pregunta que todos nos hacemos es qué pudimos hacer, y no hicimos. Y esa es definitivamente la cuestión que tienen que hacerse ahora los responsables de los asuntos públicos", ha dicho Bagnasco.
En este sentido, familiares de una veintena de víctimas han considerado el acto una farsa. Culpan al Estado italiano de ser el responsable del accidente debido a la dejadez en el mantenimiento de las estructuras del puente.
Por ello, varias familias han decidido celebrar los funerales en privado, lejos de la clase política, como en la localidad de Torre Greco, de donde eran cuatro jóvenes que murieron en el desplome del puente de Morandi.
Mientras, los servicios de Emergencia continúan trabajando día y noche para localizar supervivientes.