El detenido, Mohamad Arif, y su hermano, Mohamad Farman -que ha logrado escapar- habían sido condenados previamente por desenterrar los cuerpos de 100 personas de varios cementerios para comerse los restos. Por ello ambos pasaron dos años en prisión.
Arif ha reconocido durante el interrogatorio haberse comido parte del cadáver del niño encontrado en la vivienda, del que únicamente quedaba la cabeza, según el diario paquistaní Dawn.
"Los vecinos informaron a la policía de un fuerte olor proviniente de la vivienda de los dos hermanos. Hicimos una redad y encontramos la cabeza de un niño", ha explicado el jefe de la policía, Amir Abdulá.
"Hemos arrestado a Arif y estamos buscando al otro hermano", ha dicho el agente, que ha explicado que inspeccionan los cementerios cercanos buscando pruebas en su contra.
Los dos hermanos fueron arrestados por canibalismo en 2011 cuando se hallaron restos de una niña cocinados en una olla. Salieron en libertad en mayo de 2013 en medio de las críticas de su comunidad y permanecieron casi ocultos durante un tiempo por miedo a las represalias