Según publica el medio inglés Metro.uk, la madre de la niña es una joven de 15 años que se puso de parto de forma inesperada en el baño de su casa, según ella misma relató.
La joven afirmó entonces a la policía que su hija cayó de manera accidental al suelo nada más nacer y se dio un fuerte golpe en la cabeza, por lo que pensó que había fallecido.
La bisabuela de la adolescente afirmó por su parte que la bebé "no mostraba signos de vida", por lo que decidieron enterrarla siguiendo las costumbres tribales indígenas. La anciana fue arrestada por los agentes acusada de intento de asesinato.
Poco después del entierro, los agentes de la policía militar respondieron a la llamada anónima de unos vecinos que alertaban de que una familia había enterrado a una bebé sin certificar la muerte de la pequeña.
Al personarse en el lugar, las autoridades hallaron a una niña enterrada a unos 50 cm de profundidad. La pequeña aún portaba el cordón umbilical y para sorpresa de los agentes, aún respiraba.
"Estábamos cavando por el agujero cuando de repente escuchamos un pequeño grito bajo tierra y nos dimos cuenta de que estaba viva. Fue un momento emocionante e inolvidable ", sostiene João Paulo Bezerra do Nascimento, jefe de policía de Canarana.
De inmediato fue llevada a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Regional Agua Boa, donde le limpiaron las vías respiratorias y la sometieron a intensivos exámenes y exploraciones. Milagrosamente, la pequeña se recupera favorablemente.