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Durante unos días, el norte de la localidad de Harbin, se llena de inmensos castillos y preciosas esculturas que, por desgracia, no son permanentes. Estas obras de arte son talladas en hielo y nieve por virtuosos artistas que están dispuestos a soportar el frío para llevar a cabo su obra maestra. Por la noche, algunas de las heladas edificaciones se iluminan y muchos son los curiosos que se acercan a admirar este curioso arte.







