La ilusión óptica de la que los niños de 7 años están a salvo

Noticias Cuatro 30/03/2016 13:27

Cada cierto tiempo aparecen nuevas ilusiones ópticas que rápidamente se hacen virales por las discusiones que genera. Archiconocido es el caso del famoso vestido azul/dorado que surgió hace ya un año y que dividió al mundo. Tras la gran polémica que generó, ahora es el turno de que la ilusión de Ebbinghaus nos haga debatir hasta la extenuación.

Con una base más científica este juego visual se fundamenta en la percepción del tamaño relativo, ya que consiste en discernir qué círculo es el más grande. Se colocan dos figuras de idéntico tamaño cerca la una de la otra y se rodean de círculos. En el primer caso estas circunferencias serán más grandes y en el segundo más pequeñas que la que se encuentra en el centro.

La ilusión óptica se produce cuando observando todo el contexto, se percibe al círculo céntrico del primer caso más grande que el del segundo, aunque ambos son del mismo tamaño.

Esta engaño visual no es nuevo y es que tiene más de cien años. Fue el psicólogo alemán Herman Ebbinghaus quien la descubrió y la puso su nombre, además depopularizarla a principios del siglo XX. Ahora vuelve a ser conocido gracias a las redes sociales.

¿Por qué los niños están a salvo de ella?

A pesar de su larga vida, ha sido ahora cuando se ha demostrado que los niños no pueden ser engañados por las ilusión de Ebbinghaus, y es que así lo dictamina un reciente estudio elaborado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Stirling en Escocia.

En el experimento se les mostró las imágenes a 150 niños de 4 a 10 años y a 24 adultos de entre 18 y 24 para que respondieran a un simple pregunta: ¿son los dos círculos del centro de las imágenes del mismo tamaño?. El resultado de la investigación fue que los niños menores de 7 años, en la mayoría de ocasiones, lograban identificar correctamente la circunferencia, mientras los adultos les costaba más acertar.

Según se desprende del trabajo científico, el motivo por el que los niños son más difíciles de engañar es porque tienen menos contexto visual. Esta habilidad se cree que se va desarrollando en el cerebro con los años, razón por la que los menores diferencian más fácilmente figuras de distintos tamaños.