Simba es un cachorro de león que se encuentra en Daguestán, Rusia. Su dueño le rompió las patas para que no se moviera mientras los turistas se fotografiaban con él. La historia, que hace dos años conmovió a todo el país, tiene ahora un final feliz.
Hace dos años, su propietario lo usaba como reclamo para turistas y le partió las patas para que saliese quieto en las fotos. Al crecer lo abandonado, moribundo, en plena calle. Su triste historia conmovió a la fría republica rusa de Daguestán y al propio presidente Putin.
El único centro de acogida del país se hizo cargo de él y Simba comenzó a compartir vida con el puma cojo Athos o con Héctor, el tigre parapléjico, ambos maltratados en circos. Tras nueve meses de operaciones y cuidados, Simba parecía otro y parecía estar en condiciones de recuperar su hábitat natural.
Ahora, por fin ha llegado el día. Simba ha volado hasta hasta Tanzania, a una reserva natural donde el león que conmovió a todo un país podrá vivir por fin disfrutando de lo que nunca tuvo que perder, la libertad.