Las calles de Viena han amanecido con una calma tensa ante la protesta que se ha convocado hoy contra las medidas de confinamiento y vacunación obligatoria que ha decretado el gobierno austriaco. Las autoridades han reforzado la presencia policial ante el temor de una respuesta violenta de la población como anoche ocurrió en los Países Bajos.
En la ciudad portuaria de Rotterdam y en palabras de su alcalde lo ocurrido anoche no fue una protesta sino una orgía de violencia. Cientos de personas se manifestaron en el centro de la ciudad contra las restricciones del Gobierno hacer frente a un repunte de la pandemia como prohibir el acceso a sitios públicos de los no vacunados pero la protesta pronto se torno en batalla campal contra la Policía.
Desde un lado se lanzaban cohetes y se quemaban coches y desde el otro se disparaban cañones de agua y balas de goma. Ya entrada la madrugada la Policía consiguió retomar el control del centro de la ciudad. Al menos hay siete heridos y 20 personas han sido detenidas.
Las autoridades locales restringirán hoy el acceso al centro de Rotterdam ante el temor de que se repitan las protestas. Un temor que se extiende a otras ciudades europeas a medida que crecen los repuntes de la pandemia y aumentan también las restricciones para combatirla.