Crece en España el número de contagios por la larva que se instala en el cerebro

Noticias Cuatro / Sinc 23/04/2018 17:09

Científicos españoles del Instituto de Salud Carlos III, han advertido de la falta de atención que se otorga en nuestro país a la infección de la cisticercosis, a pesar de recogerse un significativo aumento de contagios en España desde 1998.

La cisticercosis es una infección de los tejidos causada por los quistes larvales de la tenia del cerdo Taenia solium y se considera la causa prevenible más frecuente de epilepsia en todo el mundo, ya que provoca el 30% de los casos de epilepsia donde el parásito es endémico.

Si bien las tasas más altas de infección corresponden a zonas de América Latina, Asia y África, donde las malas condiciones de saneamiento propician su contagio, en Europa los casos se han vuelto más frecuentes en los últimos años debido a los viajes y movimientos migratorios desde países donde la tenia es endémica.

Después de realizar entre 1997 y 2014 un exhaustivo estudio sobre el impacto de las hospitalizaciones por cisticercosis en España, este grupo de científicos ha concluido un aumento notable de casos en nuestros país, sobre todo entre los años 1998 y 2008, siendo las comunidades que concentran la mayoría de casos Madrid, Murcia, y Navarra.

Para los expertos, es necesario contar con una estrategia común para la recopilación de datos, la supervisión y la presentación de informes, lo que facilitaría una imagen más precisa del escenario epidemiológico de la cisticercosis en España. “La carga de enfermedad por cisticercosis sigue siendo desconocida en España. Lo que sí sabemos es que la prevalencia de T. solium ha disminuido en los países desarrollados debido a una inspección más estricta de la carne y mejoras en la higiene y saneamiento”, explica Sinc Zaida Herrador, del Instituto de Salud Carlos III.

¿CÓMO SE INFECTA EL SER HUMANO?

Según informa el estudio, publicado en la revista científica 'Plos Neglected Tropical Diseases', los seres humanos pueden contraer cisticercosis por ingestión de huevos del parásito emitidos con las heces de personas infestadas, por vía fecal-oral, o por autoinfestación a partir de la ruptura de los segmentos en que se divide el cuerpo de las larvas adultas alojados en el intestino del mismo hospedador.

En ambos casos, el embrión liberado del huevo penetra la pared del intestino y es transportado por los vasos sanguíneos a cualquier lugar del cuerpo, donde se desarrollan los quistes. La ubicación definitiva suele ser preferentemente el tejido cerebral, aunque también pueden ubicarse en tejido subcutáneo o en órganos como hígado, riñones y ojo.

Los síntomas depende de los órganos involucrados. Es importante su presencia en el sistema nervioso central, con fuertes dolores de cabeza, desorientación y, en los casos graves, convulsiones, parcial pérdida de la memoria y hasta la muerte. El tratamiento médico, siempre y cuando no se requiera cirugía, se realiza con medicamentos antiparasitarios.

En España la falta de un sistema de vigilancia para controlar la forma humana de la patología, añadido a que su declaración no es obligatoria y los datos sobre animales infectados son escasos, hacen que exista una insuficiente atención ante esta patología, lamentos los investigadores.