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Juan José Lecuona, sacerdote de Alaiza descubrió bajo las capitas de cal, la cabeza de un caballo. Descubrimientos insólitos como el de las pinturas de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Alaiza en la llanada alavesa nos hacen olvidar falacias como las que quieren ver en la Edad Media un momento de oscuridad en nuestra historia. En el ábside de la iglesia el azar permitió que viera la luz un grupo de pinturas del siglo catorce cuya interpretación está lejos de comprenderse.









