Controlar estados, sensaciones y experiencias inducidas a la carta es posible gracias a la optogenética

  • La clave reside en la proteína de algunos microorganismos denominada opsina

La combinación de la luz y las terapias génicas ya existe. Esta descripción recibe el nombre de optogenética y es una técnica que nace en 2005 fruto de tres investigadores estadounidenses criados en las universidades más importantes del mundo: Universidad de Stanford, Universidad de Massachusetts y Universidad de Oxford. La activación de neuronas mediante la luz ya lo adelantó Francis Crick pero la novedad de los investigadores es que han hallado el modo de hacerlo.

La clave reside en la proteína llamada opsina. Se encuentra en microorganismos como las algas o las Chlamydomonas y reaccionan por su sensiblidad a la luz. En el cerebro actúa de manera distinta y selectiva, pues algunas neuronas se activan y otras se inhiben. Los científicos podrían introducir el ADN de esta proteína dentro del núcleo de la neurona y fabricarla en el cerebro humano.

La ventaja de esta técnica radica en la aplicación humana. A través de ella, se podría conseguir controlar el comportamiento, las sensaciones y los pensamientos. Algo por lo que muchos pagarían. Estas alucinaciones vienen determinadas por el efecto que la proteína genera en el cerebro humano al inducirla. Gracias a esta técnica, en 2016 se recuperó la sensibilidad de la luz en personas ciegas y pudieron ver en blanco y negro. En el ser humano se podría comenzar a controlar la agresividad y la inhibición aunque siempre con cautela. La optogenética también será eficaz para evitar ataques epilépticos, controlar adicciones o tratar las arritmias y el Parkinson. José Manuel Muñoz, profesor de Psicología de la Universidad Europea de Valencia, desata los entresijos de esta técnica.