Juan Vicente del Álamo, la increíble historia de un héroe con cuatro corazones

  • Juan Vicente del Álamo ha recibido tres trasplantes de corazón

Juan Vicente del Álamo es a día de hoy la única persona viva que ha recibido tres trasplantes de corazón. A sus 60 años puede estar muy orgulloso del ejemplo de lucha y superación que ha supuesto su experiencia. A pesar de su paso por el quirófano en tres ocasiones, es un enamorado del deporte, en especial del ténis y del pádel, ya que no podía practicar deportes de contacto. Ha sido ganador de 8 campeonatos de Europa, dos subcampeonatos del mundo y cuatro campeonatos de España.

“Me sacaron una lesión de menisco que me salvó la vida”, así ha comenzado su relato. Gracias a una lesión futbolística con 18 años, se dieron cuenta de que su corazón era demasiado grande por un catarro mal curado cuando era pequeño que se le agarró al corazón. El órgano más importante trabajaba el quíntuple de uno normal.

El primer trasplante de corazón se le practicó en 1990, seis años después del primero que se realizó en toda España. Su historia tiene una conexión con lo extraordinario, pues cuenta cómo un día cualquiera saliendo de su casa vio una figura de monja que le hizo saber que todo iba a salir bien.

Todo iba perfectamente hasta que trece años después, en una revisión rutinaria, los médicos encuentran un problema en las coronarias y tuvieron que volver a trasplantarle el corazón.

El tercer trasplante, al borde la muerte

Los anticuerpos generados por su propio organismo fueron la causa del tercer trasplante. El estado de salud de Juan Vicente era tan crítico que el médico les dijo a sus dos hijas que cuando retiraran la almohada y se cayera su cabeza, no había nada que hacer. Fue un trasplante muy complicado. Además, con una situación de defensas al límite cogió una neumonía después del trasplante. Solo les quedaba rezar.

Esa noche fue dura pero Juan Vicente volvió a tener una conexión con el más allá. Vio tres figuras de mujer con unos velos que flotaban sobre él, en la cama de la UCI, le transmitieron tal fuerza que se quedó impresionado. Al día siguiente, los médicos no daban crédito en la revisión, se quedaron perplejos al ver que estaba perfecto y su recuperación avanzaba a pasos agigantados.