Expediente Miranda

cuatro.com 21/11/2011 02:06

Hace pocas semanas el investigador Enrique Echazarra recibió un mail desesperado de una pareja que pedía ayuda por los extraños fenómenos que estaban sucediendo en una vivienda de reciente construcción en Miranda de Ebro. “El jueves 6 de octubre no dimos cuenta que la consola estaba quemada por un apagón de luz, al día siguiente unas pequeñas manchas de sangre por la casa, pensamos que era por el celo de la perra pero según las limpiábamos aparecían en otro lugar, además nos dimos cuenta que la perra no tenía el celo. Más tarde nos encontramos con todas las puertas abiertas”, aseguran los testigos.

Poco después las manchas de sangre empezaban a reproducirse por toda la casa y cada vez con mayor virulencia. “Descolgué el cuadro que tapa los fusibles y nos encontramos tres manchas de sangre. Cuando volvimos ese mismo día nos encontramos con el mismo espectáculo todas las puertas abiertas, manchas de sangre y la tele encendida. Después de que paso esto el primer día delante de mi padre le dije que vendía el piso y me iba a vivir a otro lado perdiese el dinero que perdiese”, cuenta el testigo.

Sin embargo uno de los fenómenos más extraños de este caso comenzó tres días después. En el cuerpo de la testigo empezaron a aparecer manchas de sangre que parecían surgir de la nada. “A mi me empiezan a salir manchas de sangre a diario, me limpio y no tengo absolutamente nada y es cuando me empiezo a preocupar", asevera la testigo. De repente, en medio de la investigación y con varios testigos aparece una de las manchas en el brazo de la testigo en forma de herida, cuando la limpia no tiene nada.

Un equipo de expertos en análisis de sangre lleva acabo un minucioso trabajo de recogida de muestras. Tras varios test de verificación los investigadores llegaron a la conclusión de que las manchas eran sangre de verdad. También tomaron muestras de ADN de los propietarios de la casa para confirmar en el laboratorio que la sangre no es suya.

Pero la noche de investigación aún deparaba más sorpresas. El detector de movimiento de la cocina, ya de madrugada, saltaba de repente. Continúa la noche de investigación con varias pruebas más: grabadoras, cámaras fijas y otros detectores de movimiento que volvieron a saltar cuando nuestro reportero se había quedado completamente a solas en la vivienda.

El equipo se marcha de Miranda del Ebro totalmente desconcertado habiendo sido testigos del misterio, intentando buscar una respuesta racional y a la espera de los resultados de las muestras obtenidas, aferrándose a la idea de que en ellas encontraremos la respuesta del ‘Expediente Miranda’.