Iker Jiménez ha llevado a cabo un experimento a través de sus redes sociales. Ha compartido en Twitter la foto de una araña que, supuestamente, se encontró en la pared de su casa y preguntó a sus seguidores que qué sentían al verla. Bien, pues esta araña no existe, la ha creado él mismo a través de la inteligencia artificial.
El experimento consistía en ver cómo reaccionaba la gente y comprobar sus implicaciones, pues la aracnofobia es algo habitual. Escalofríos y pelos de punta fueron algunas de las respuestas de los usuarios de esta red social.
“¿Qué perseguía? Ver si el poder de la inteligencia artificial va a hacer que no distingamos lo real de lo irreal”, cuenta Iker. Dice que puso elementos irreales, como nueve patas en una de las arañas, pero “me di cuenta de que la reacción eran las mismas”.
Iker Jiménez llegó a una conclusión tras este experimento: “La reflexión es lo siguiente. Con temas mucho más graves, ¿qué no pasará? Y, es más. Yo lo expliqué a los diez minutos, pero para muchos ya les daba igual y la explicación no vale”.