Un soltero alucina con las surrealistas mascotas de su cita en ‘First Dates’: “Y hormigas también”

José Antonio y Ángel durante su cena en 'First Dates'
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Ángel es un apasionado de la meditación “es ponerte detrás de la mente y quedarte ahí, quieto”. Es un tipo tranquilo y espiritual que hace yoga y meditación “estoy en este camino que me ayuda a vivir”. En el amor, ha estado 38 años con su expareja, con quién actualmente vive, pero de la que lleva 9 años separados. Asegura que no es algo fácil, pero que con respeto todo es posible. Su expareja tiene 70 años, el 57 y a nivel convivencia se complementan muy bien.

No le gusta la promiscuidad y está buscando una relación estable. Acaba de salir de una época de sexo muy oscura y quiere centrarse en una única persona “quiero salir de todo esto”. José Antonio, su cita, es un tipo que valora mucho el silencio y la calma “hay días que ni pongo la tele, me gusta escuchar el sonido de los pájaros en el jardín”. Una vida que no tiene nada que ver con la de Mª Jesús.

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Al verse, se han saludado de forma fría, pero a Ángel le ha encantado “es guapísimo”. Se han contado de dónde eran y han brindado por conocerse. La distancia no le ha parecido un impedimento a José Antonio.

Ángel ha comenzado la cena contándole a su cita que era un tipo muy espiritual y que estaba haciendo un voluntariado. A José Antonio le ha parecido muy interesante porque era un tema que le atraía mucho. Él lleva casi toda la vida trabajando de conserje, pero en su tiempo libre hace mucho deporte y le gusta mucho el tema artístico. Además, a partir de los 45 comenzó con el baile “empecé con danza contemporánea”. Era su sueño desde pequeño, pero en su época era algo impensable.

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José Antonio ha querido saber si su cita era un tipo viajero y Ángel le ha contado que le gustaba mucho viajar por el norte de España con su autocaravana. El soltero ha sentido que tenían muchas cosas en común y que le gustaba mucho la tranquilidad de su cita, pero físicamente no era lo que estaba buscando y eso era un problema. Los dos son apasionados de la naturaleza y han coincidido hasta en su atracción por los insectos. De hecho, José Antonio le ha confesado que en su casa tenia bichos bola y alguna que otra hormiga.

Los solteros viven su espiritualidad de forma diferente. En el reservado, les ha tocado besarse como si fuera el fin del mundo y no han dudado en hacerlo. José quería ponerse a prueba porque sentía que Ángel no le gustaba, pero igual sentía algo distinto al sentirle. Ángel estaba convencido de que entre ellos estaba surgiendo la química, pero José no estaba sintiendo lo que necesitaba.

Han bailado, se han dejado llevar, han sentido, pero se han dado calabazas. José se lo ha pasado muy bien, pero le ha faltado la chispa para querer repetir.