Miguel Ángel Araujo, exmiembro de la comisión de control de Caja Madrid, afirmaba que tuvo una de las polémicas tarjetas y que si no las declararon fue porque la empresa era quien lo hacía. Sor Lucía Caram le preguntaba si tenía conciencia "del bien y del mal" y él le pedía que no insultara, desembocando en un enfrentamiento entre ambos.