El perfil de sus víctimas eran menores con problemas de adaptación y sin arraigo familiar a los que accedía a través de su consulta. El programa sigue la pista del pederasta, y llega a un pueblo de Almería, donde estaba el centro de salud donde atendía a los menores. Boro Barber habla con la Guardia Civil encargada del caso, que explica que la agresión de este pederasta consistía en besos, tocamientos de genitales, e incluso pedía a los menores que le tocaran a él.
‘Un Tiempo Nuevo’ habla con las familias afectadas. La abuela de una de las víctimas cuenta cómo el pederasta convencía a su nieto con idas al cine o paseos para que accediera a los tocamientos. Este niño responde al perfil del depredador porque no tiene padre.
Una compañera medico descubrió a través de búsquedas en Internet que el pediatra tenía antecedentes en su país por abuso de menores y no dudo en denunciarlo.
El pederasta invitaba a los menores a su residencia, ofreciéndoles la posibilidad de jugar, de ir a la piscina, a lo que los niños accedían.
El pederasta descubrió que le estaban siguiendo, y decide huir de España. Deja su trabajo, su vivienda y se va a Colombia. Allí fue detenido por la policía colombiana y ‘Un Tiempo Nuevo’ se ha trasladado al lugar para ver cómo vive el pederasta, que se encuentra en arresto domiciliario.
Ante la dificultad para acceder a la vivienda de lujo, Boro Barber se hace pasar por un pintor para acceder al edificio de la mano de una de las vecinas que ha puesto en venta su casa ante el temor que le infunde el pederasta. Nada más tocar al timbre de la puerta del condenado, un simple aviso de éste a la seguridad del edificio basta para que acudan en su ayuda para echar al equipo del programa, como si el protegido fuera el pederasta.
La magistrada que ejecutó la condena de Carlos Alexander en Colombia no se escandaliza con el caso de este pederasta, y afirma que el pederasta podría incluso trabajar.