Javi elige a Rocío y su madre le deja plantado en el altar

La decisión de Javi
cuatro.com
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Durante su romántico viaje, Javi se veía incapaz de elegir ¿Rocío o Sara? Con ambas tenía feeling, pero de distintos tipos ya que Rocío le aportaba lo que siempre ha buscado en una mujer y Sara la tranquilidad que ahora necesita. La que sí tenía las cosas muy claras era su madre, Isabel, quien avisaba a su hijo: si elegía a Rocío ella desaparecería de su vida.

Finalmente, Javier ha tomado una decisión. Primero iba al encuentro de Sara y ella le espetaba: “Ya sé lo que me vas a decir”. Javi no hizo caso de sus palabras y le explicaba lo que sentía: “Encendiste un fuego pero sabes que poquito a poco se ha ido apagando, celos, fallos míos también… me da mucha pena”. Sara se mantenía entera: “Estoy contenta, allá tú con tu elección, con Rocío que es tan fiestera…”, pero ya lejos de él, dejaba escapar alguna lágrima y muchos adjetivos para su rival: “Pilingui, una cualquiera, una chabacana, una idiota…” y un deseo: “Espero que les vaya muy mal”, tras lo que les hacía un corte de mangas a modo de despedida.

El fuego con Sara se apagó para Javi

Ajeno a las últimas declaraciones de Sara, Javi se dirigía, con una gran caja azul bajo el brazo, al lado de Rocío: “Ya me puedes dar un beso en la boca si quieres”, le decía a modo de saludo. Ella se declaraba nerviosa y él intentaba aplacarla diciendo: “no lo estés, como dices que no quieres estar tanto tiempo en la isla vente conmigo a Sevilla, me gustas, me haces reír… Me tienes tonto ‘perdío”.

Javi, a Rocío: “te quiero a ti y mi madre tendrá que entender”

Horas después, el soltero llegaba al ‘altar’ visiblemente nervioso, seguramente, por la reacción que su madre tendría al ver a Rocío. “Si vuelves a elegir lo mismo no lo voy a apoyar más”, le decía Isabel nada más entrar. La cara de Isabel al ver a Rocío era la esperada pero aun así, decidía esperar a ver si su hijo finalmente le ponía el anillo a ella.

Isabel ¿Una mujer nueva?

“Espero que me lo ponga a mí”, decía ella; “Y yo espero tener el apoyo”, afirmaba él; “mío no”, le advertía. Rocío, ya junto a ellos, explicaba que había pedido a Isabel una oportunidad, “yo solté la cuerda, ahora ya es cosa de ella”. “A todo lo que le digo me contesta”, respondía; “contra, si te metes conmigo no me voy a quedar callada”, se defendía Rocío. “Él se va a embarcar y esto va a durar menos que una pompa de jabón”, auguraba Isabel prefiriendo que su hijo se marchara solo que no mal acompañado, “se queda sin la mama”, decía.

Isabel se queda a cuadros cuando ve aparecer a Rocío

Pero Javier estaba decidido. Cogía el anillo y se dirigía claramente a Rocío: “aparte de que te pega un poco más con los pantalones dorados, tendré que correr el riesgo y me quiero arriesgar, si alguien lo entiende”, le decía. “Es tu decisión”, apuntaba Isabel; “espero que te quedes, en un segundo plano pero que te quedes”, pedía Javi e Isabel pronunciaba un rotundo “no”.

Javi, a Rocío: “Me quiero arriesgar… Si alguien lo entiende”

“Te vienes conmigo a Sevilla y espero que sea para siempre”, se declaraba Javi a Rocío y la reacción de su madre no se hacía esperar. Isabel se subía la falda y, dirigiéndose a Luján, se despedía: “Como él se va con ella a Sevilla, yo me voy por la puerta grande. Que sean muy felices y coman perdices”. “¿Y si soy feliz?”, preguntaba el soltero; “cuando te vea feliz te daré mi apoyo. Tú has tomado tu decisión ¿Yo puedo tomar la mía? Sí y la tienes que aceptar como yo acepto la tuya, que seáis felices, hasta luego Luján”, decía y se marchaba.

Sin embargo, sucedía algo más. Ya fuera de la sala, las cámaras registraron la llegada de Isabel, pero también la de Rocío y Javi. El soltero se dirigía a su madre y ambos se abrazaban con fuerza. Rocío lloraba de emoción en la distancia y su ya novio le pedía que se acercara: “Poquito a poco ¿no? ¿Os dais un beso?”, preguntaba Javi y Rocío e Isabel sellaban una aparente tregua con dos besos.