La llamada anónima alertando de la colocación de una bomba se ha recibido minutos antes de las nueve de la mañana, por lo que se ha procedido a desalojar a los clientes y los trabajadores del hotel, mientras efectivos de la Policía vasca inspeccionan el hotel para comprobar si se trata de una falsa alarma. Una vez confirmado que no había bomba alguna, los trabajadores y clientes han vuelto al hotel.