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Mercados gastronómicos que son planazo en Madrid: de San Antón al Mercado de San Miguel

Mercado de San Miguel
Mercado de San Miguel. Redacción digital Cuatro
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Cuando uno piensa en saborear Madrid a pie de puestos, el clásico mercado de abastos se transforma en un escenario de tapeo, encuentros y hallazgos culinarios. No se trata precisamente de comprar ingredientes sino que más bien se trata de vivir una experiencia. En este recorrido centrado en la capital, ostenta un papel destacado el Mercado de San Miguel, junto a otros espacios recientes que también conviene conocer.

Mercados gastronómicos que son un planazo en Madrid

El Mercado de San Miguel, ubicado en pleno centro de Madrid, es ya considerado “uno de los principales mercados gastronómicos del mundo” y recibe más de siete millones de visitantes al año. Su estructura de hierro y cristal data de 1916, y hoy alberga más de 30 puestos que ofrecen desde jamón ibérico, marisco gallego, arroces mediterráneos y quesos de varios rincones de España. 

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Para quienes lo visitan, el Mercado de San Miguel es una suerte de catedral de la gastronomía española, en la que se pueden disfrutar tapas de calidad, vinos o champanes, en un ambiente animado tanto de día como de noche. Lo más recomendable siempre es entrar y dejarse llevar entre los puestos, degustar lo que llame tu atención y apoyarse en la barra con una copa para poder saborear el ambiente con tranquilidad.

Eso sí, hay que prepararse para enfrentarse a unos precios más elevados que en otros mercados tradicionales, aunque ni la atmósfera ni la comida decepcionen. Situado junto a la Plaza Mayor, es perfecto para comenzar una ruta gastronómica urbana. Pero más allá del icono que representa, Madrid ofrece otros mercados que aportan matices distintos: barrios más tranquilos, estilos más modernos, fusiones internacionales.

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Por ejemplo, el Mercado de San Antón en el barrio de Chueca conjuga en tres plantas productos frescos, puestos de comida preparada y una terraza‑lounge en la azotea. Su carácter es menos turístico que su hermano mayor, pero igualmente sofisticado, y su nivel gastronómico permite desde cocina de autor hasta street‑food internacional. 

Mercado de San Anton

Otro ejemplo más moderno: el Mercado de San Ildefonso en la calle Fuencarral, en Malasaña. Se define como el “primer street food market vertical de España”, con una veintena de puestos de cocina nacional e internacional, dos terrazas y un diseño urbano muy fresco. Es ideal para quienes buscan un plan dinámico, informal, lleno de opciones diferentes, en un entorno de barrio.

En el barrio de La Latina, el Mercado de la Cebada ofrece una experiencia más auténtica, menos turística y con precio más moderado. Para muchos, ofrece una experiencia más auténtica sin el exceso de turistas que hay en otros mercados. Aunque no se centra únicamente en “tapeo gourmet”, su valor radica en su atmósfera de mercado de barrio renovado y abierto a sorpresas.

Otra buena alternativa se puede encontrar en el barrio de Prosperidad, el Mercado de  Prosperidad modernizado alberga 32 puestos que combinan productos tradicionales con gastronomía contemporánea. Su web afirma que “te divertirás con amigos y en familia mientras comes y bebes buena calidad, a buen precio”. Es una opción distinta: menos estrella turística, más barrio, más tranquila.

Cuál elegir

El valor de escoger uno u otro depende del día, del momento y del apetito. Si el objetivo es “vivir Madrid en un solo espacio” con varias paradas de tapeo, el Mercado de San Miguel es una apuesta segura. Si prefieres un plan más cercano al vecindario, con producto y terraceo, el Mercado de San Antón lo cumpliría. En cambio, si buscas algo informal, vibrante y global, el Mercado de San Ildefonso es una apuesta moderna. El extremo opuesto sería para aquellos que buscan un ambiente más local, precios moderados y autenticidad. En este caso, opta por el Mercado de la Cebada o el Mercado de Prosperidad.

Los mercados madrileños han evolucionado de ser simples espacios de abastos a laboratorios urbanos de gastronomía, ocio y comunidad. Desde el hierro del San Miguel hasta las terrazas del San Ildefonso, la oferta ha expandido sus formas pero mantiene lo esencial: buena comida, buen ambiente, sin prisas ni semáforos.

En cualquier caso, elijas lo que elijas, conviene tener una serie de recomendaciones en mente: llega algo antes del horario pico para evitar aglomeraciones, prueba varios puestos en vez de quedarte en uno solo, comparte tapas con acompañantes para explorar más sabores. También es útil saber que ciertos mercados siguen abiertos por la noche (especialmente viernes o sábado) y funcionan casi como bares gourmet. Por ejemplo, el Mercado de San Miguel abre desde las 10:00 hasta medianoche (o la 1:00 a. m. viernes/sábados).