La franquicia es la cantidad mínima que el asegurado asume en caso de siniestro, pero hay muchos matices
Cómo cancelar el seguro de tu coche
Contratar un seguro a todo riesgo con franquicia se ha convertido en una de las fórmulas más utilizadas por los conductores españoles que buscan contar con una buena protección para su vehículo, y a la vez no tener que afrontar una prima anual elevada. Pero, como ocurre con la mayoría de decisiones financieras, la diferencia está en los detalles. Es importante entender bien qué implica la franquicia, qué cubre y qué no, este tipo de póliza y cuándo merece realmente la pena es clave para evitar sorpresas desagradables tras un siniestro.
Qué es exactamente la franquicia
La franquicia es la cantidad mínima que el asegurado asume en caso de siniestro. Si el coste de la reparación es menor o igual a esa cantidad, el conductor corre con todos los gastos. Si es superior, la aseguradora cubre el resto. De esta forma, si tienes una franquicia de 300 euros y los daños ascienden a 900 euros, pagarás los primeros 300, y tu compañía abonará los 600 restantes. Pero si el daño es solo de 250 euros, el coste correrá íntegramente por tu cuenta.
Este sistema permite reducir considerablemente la prima del seguro, ya que el riesgo para la compañía aseguradora disminuye. Es, por tanto, una estrategia útil para quienes conducen con cautela, estacionan en garaje y tienen un bajo historial de partes.
Los seguros a todo riesgo con franquicia cubren lo mismo que un todo riesgo sin franquicia: daños propios, lunas, incendio, robo, fenómenos meteorológicos o asistencia en carretera. La diferencia es que el asegurado deberá asumir parte del coste de la reparación si hay daños en el vehículo.
Es importante ser conscientes de que, aunque se denomine “todo riesgo”, no cubre absolutamente todo. Por ejemplo, si el coche sufre una avería mecánica que no se derive de un siniestro, la aseguradora no intervendrá. También pueden quedar fuera elementos como accesorios no declarados, aunque depende de cada póliza concreta. Por este motivo también es importante revisar bien las condiciones, especialmente si se contrata por Internet.
Y es que la letra pequeña importa, y mucho. Hay que comprobar:
- Si la franquicia se aplica por siniestro o por elemento afectado.
- Si incluye supuestos como el robo de ruedas o lunas rotas sin colisión.
- Si cubre o no daños al conductor o al contenido del maletero.
- Si existe asistencia en viaje desde el kilómetro 0.
- Si la póliza permite elegir taller o impone uno concertado.
Además, en algunos casos, si el conductor no es culpable del accidente y la responsabilidad del contrario queda demostrada, la aseguradora puede devolver el importe de la franquicia. Pero esto no es automático: depende de la póliza contratada y del éxito de la reclamación a la aseguradora contraria. Es importante revisar si esta cláusula está incluida en el contrato antes de firmar.

¿Cuándo merece la pena?
Elegir esta opción puede suponer un ahorro importante. Según los datos de varios comparadores, actualizados a fecha de agosto de 2025, el seguro a todo riesgo con franquicia más económico se situaba en 267 euros anuales, con una franquicia de 260 euros. El mismo seguro sin franquicia costaba 650 euros al año.
Sin embargo, si el conductor da varios partes al año, el coste acumulado de pagar la franquicia en cada siniestro puede neutralizar o incluso superar lo que habría pagado por una póliza sin franquicia. Es una opción especialmente interesante para vehículos nuevos o de alta gama que duermen en garaje y cuyos propietarios conducen poco y con precaución.
Tipos de franquicia: no todas son iguales
Aunque la mayoría de seguros aplican una franquicia fija por siniestro, existen otras modalidades. Por ejemplo, algunas compañías establecen una franquicia por panel o por lateral del vehículo. Esto puede suponer que si el golpe afecta a varias zonas del coche, el asegurado tenga que pagar más de una franquicia.
Otra distinción relevante es la franquicia porcentual, aunque sea menos frecuente, en la que el cliente asume un porcentaje del coste total del daño, lo que puede hacer que las reparaciones de gran cuantía resulten caras.
El seguro a todo riesgo con franquicia no es ni mejor ni peor que el resto: es una herramienta que puede resultar muy útil si se adapta al perfil del conductor. Su principal ventaja es el precio, pero no conviene dejarse llevar solo por ese factor. Entender cómo funciona, qué cubre exactamente, y qué tipo de franquicia se aplica es imprescindible para tomar una decisión inteligente. Porque en cuestiones de seguros, lo barato sale caro solo si no lees bien lo que estás contratando.


