Coches reacondicionados: qué debes tener en cuenta para aprovechar esta alternativa y ahorrar
Son vehículos sometidos a procesos industriales rigurosos que devuelven al mercado unidades revisadas
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Los coches reacondicionados no son simplemente coches usados con un lavado de cara. Son vehículos sometidos a procesos industriales rigurosos que devuelven al mercado unidades revisadas, actualizadas, con piezas originales, y en muchas ocasiones, con garantía extendida. Este modelo, que ya se desarrolla a escala en centros como la planta Refactory de Renault en Sevilla, está atrayendo a un nuevo tipo de consumidor que busca ahorro, sostenibilidad y seguridad.
Se trata de un modelo interesante, sobre todo si nos fijamos en los datos. En España, por cada coche nuevo se venden más de 2,1 coches de ocasión. Se trata de un dato que refleja que la segunda mano y las alternativas intermedias como el reacondicionamiento están capitalizando la crisis de los microchips, el alza de precios de los nuevos y la creciente conciencia medioambiental.
Además, el reacondicionado permite acceder a tecnologías como asistentes de conducción, conectividad o pantallas multimedia actualizadas, algo poco común en coches de segunda mano convencionales de más de cinco años.
¿Qué es exactamente un coche reacondicionado?
Un coche reacondicionado es un vehículo que ha sido previamente usado y que ha sido restaurado por completo por el fabricante o un agente autorizado. Esto implica una revisión completa de todos sus componentes, sustitución de piezas desgastadas por originales y, en muchos casos, una actualización tecnológica. Además, estos coches pasan por un control de más de 300 puntos antes de salir al mercado.
Este tipo de reacondicionamiento industrial difiere del reacondicionado “casero” que a veces ofrecen concesionarios de ocasión. En el caso de Renault, por ejemplo, su Refactory aplica procesos de economía circular donde cada coche puede volver a circular con garantía tras un trabajo de reacondicionamiento estandarizado y documentado.
Una de las razones por las que los reacondicionados ganan adeptos es el equilibrio entre precio, fiabilidad y tiempos de entrega. Al estar ya fabricados, la entrega puede ser inmediata, y el precio suele ser más bajo que el de un vehículo nuevo, pero con un nivel de seguridad y revisión muy superior al de uno de segunda mano no certificado.
Según Astrave, esta opción también implica una reducción significativa del impacto medioambiental: “Al reacondicionar, se reutiliza hasta el 85 % del vehículo, lo que representa un ahorro sustancial de materias primas, energía y emisiones”.
Por su parte, Renault asegura que este tipo de procesos puede ahorrar hasta un 75 % de emisiones respecto a fabricar un coche nuevo, lo que alinea este tipo de producto con los objetivos europeos de descarbonización.
¿Cómo saber si un coche reacondicionado es fiable?
Lo fundamental es saber si el reacondicionamiento ha sido realizado por el fabricante original o por un agente certificado. Empresas como Renault, Toyota o Stellantis están implantando estándares industriales homologables a la fabricación de un vehículo nuevo.
En estos procesos, los coches son desmontados parcialmente, verificados mediante inspección mecánica, eléctrica y electrónica, se actualizan con software moderno y se reemplazan los elementos que presentan desgaste, como los frenos, neumáticos, batería, suspensión…. Este proceso permite ofrecer una garantía de hasta 2 años, algo que no ocurre con coches usados vendidos por particulares o concesionarios multimarcas sin control del fabricante.
¿Para quién es una buena opción?
El reacondicionado resulta especialmente interesante para quienes buscan un vehículo con garantías, actualizado, pero sin pagar el sobrecoste de un modelo recién salido de fábrica. También es una alternativa viable para empresas que renuevan flotas, conductores jóvenes o personas que quieren cambiar su coche sin recurrir a préstamos elevados.
Eso sí: no todos los reacondicionados son iguales. Es importante evitar las ofertas que no informan claramente del proceso realizado ni de las piezas cambiadas. Lo ideal es exigir un historial documentado, certificado de reacondicionamiento y garantía firmada por el fabricante o empresa responsable.
